Con el 2-2 de Bouldini y más corazón que cabeza, el Levante rescató un punto que reduce a la mínima expresión sus opciones de play-off de ascenso. Empezó el encuentro a las mil maravillas, se puso cuesta abajo y sin frenos por dos errores impropios que aprovechó el Eibar y el delantero marroquí evitó la tercera derrota consecutiva en casa. Sin embargo, el punto es insuficiente, a solamente tres jornadas para concluir la Liga regular (Eldense, Alcorcón y Huesca). El Levante sigue a tres puntos de la sexta plaza, pero esta desventaja puede ampliarse según lo que hagan Oviedo y Elche este domingo.
Sabía el Levante lo muchísimo que se jugaba, que este partido era un todo o nada por el play-off y golpeó rápido gracias a la insistencia de Brugué, que estrenaba capitanía. El '7' forzó las manos de Berrocal, que Arcediano Monescillo, después de consultar con el VAR, señaló como penalti. En directo, el colegiado, que estaba delante, no se enteró de la historia y el Ciutat montó en colera ya que no olvidaba las liadas arbitrales que había sufrido con él delante. Dela cogió el balón y como el día del Elche no perdonó. Era el quinto gol en su cuenta personal.
El discurso del partido estaba cantado. El Eibar quería proponer, con el riesgo a que el Levante cayera en el sometimiento armero, pero los granotas se sintieron con confianza desde el equilibrio y la frescura de jugadores indetectables como Brugué y Carlos Álvarez. El primer aviso rival fue un remate de Stoichkov, que Andrés Fernández atajó, pero la acción estaba invalidada por fuera de juego. Lo que pudo y mereció llegar fue el 2-0 del Levante en dos acciones encadenadas. En la primera, Luca Zidane salió con seguridad ante Dani Gómez para evitar que marcara tras una combinación con Sergio Lozano. Y en la segunda, una arrancada de poderío de Álex Valle y, de nuevo, la aparición de Lozano, el remate de Brugué terminó en córner tras tocar en un defensa del Eibar.
El Levante estaba poniendo en aprietos al segundo mejor visitante de la categoría, perdonó y a la media hora perdió la renta. Un centro de Vencedor y un rechace de Andrés Fernández tras una mala salida acabó en un trallazo en carrera de Tejedor que reventó las mallas granotas. Todo volvía al punto de partida, pero los de Felipe no cambiaron la hoja de ruta, mantuvieron el plan y siguieron amenazando. Lástima que en el minuto 37, apareciera otra vez Luca ante Dani Gómez, que pecó de egoísta ya que Kochorashvili estaba solo para esperar su asistencia y rematar prácticamente a puerta vacía. En la recta final de la primera parte tocó apretar los dientes. Aunque no tuvo ocasiones de gol, el Eibar, sin Bautista que se retiró lesionado, amenazó más con intenciones que poniendo a prueba a Andrés.
El Levante arrancó tras el descanso mejor que el Eibar, consciente de que este resultado no le valía después de las victorias de Racing de Santander, Sporting y Racing de Ferrol. Dio un paso adelante en la presión y los Sergio Lozano y Carlos Álvarez entraron más en acción, sostenidos por el trabajo de contención de Oriol y Kocho. Las dos primeras aproximaciones tras el descanso fueron, de nuevo, de Dani Gómez: una acabó en córner y la otra lamió el lateral de la red.
El partidazo fue aumentando en revoluciones. El Eibar, en el minuto 55, tuvo el 1-2, pero Andrés Fernández salió rápido a los pies de Corpas en el mano a mano. Tras el paradón, en la contra posterior, Dani Gómez no se entendió con Brugué y posteriormente, el propio delantero madrileño estrelló por dos veces su remate contra la zaga armera. El duelo se había convertido en un intercambio de golpes. Y de la forma más dura, por querer sacar el balón jugado desde atrás, un error de Andrés García se tradujo en el doblete de Tejero. Un minuto antes, Corpas no pudo enganchar el centro de Mario Soriano.
El 1-2 hizo mucho daño y silenció a un Ciutat con algo menos de 16.000 espectadores (15.651). El Levante estaba herido y el Eibar buscó hacer sangre. Lo mejor para los granotas, ahora con Fabrício y Dani Gómez en el campo, era que la desventaja era mínima. Y pudo llegar el 2-2 de Brugué pero, tras revisión del VAR, había fuera de juego previo de Bouldini. Sin duda que Brugui fue el que más intención mostró por obrar un nuevo milagro. En el minuto 84 casi anota el gol de la temporada con una chilena que lamió el larguero de Luca Zidane.
Pero si algo ha demostrado el Levante es su capacidad para no tirar la toalla y encontró recompensa con el gol de Bouldini, que llevaba más de cuatro meses sin marcar, mandó a la red un centro de Carlos Álvarez, que fue el mejor de los granotas. Por adrenalina llegó el 2-2 y una prolongación en la que Eibar sacó a relucir ese 'otro fútbol' para no marcharse de vacío cuando sentía que el partido lo tenía ganado con el segundo tanto de Tejero.