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Calero habla de los nombres propios del Levante: el valor de Morales e Iborra

Ismael Algarra

En esta tercera y última entrega de la entrevista a Julián Calero en El Desmarque, el técnico granota reconoce que en todo momento será el "escudo protector" de sus jugadores. De absolutamente todos, tanto de los veteranos como de los jóvenes. Además entiende que es esencial conjugar ese binomio para alcanzar el éxito en esta temporada repleta de competencia. "Voy a ser siempre su escudo protector, a pesar de que mi pecho pueda acabar reventado, pero tengo que ponerme por delante desde mi corazón”, afirma Calero.

Uno de esos actores protagonistas es Morales. Su regreso ha dado mucho que hablar, ha generado división de opiniones. "A veces en la vida se toman decisiones, que podremos acertar o fallar. Entiendo que desde el corazón de un aficionado hay decisiones que a veces duelen. Es lógico que haya gente que pueda estar un poco molesta, pero, a la misma vez, como quieren tanto al club, creo que estarán deseosos de que le salga muy bien a José para que todo vaya fenomenal", explica Julián Calero. De Iborra traslada esa satisfacción como entrenador de tener a jugadores  "que quieran estar aquí y que crean que este es su sitio" porque al propio entrenador le gusta "generar raíces" para sentir cada reto como suyo y así sacrificarte "como con tu familia".

Julián Calero, durante la pretemporada del Levante, conversando con Morales (Foto: LUD).

Sobre esa necesidad de quitar mochilas, de olvidar el pasado y mirar al frente… ¿una de ellas es la que ha rodeado el regreso de Morales por su salida en el verano de 2022?

“Es fundamental. Lo primero es que José tiene mucha experiencia y hemos visto casos similares en el fútbol. Uno parecido fue el de Griezmann, en el Atlético de Madrid, que cuando volvió hubo división de opiniones, pero eso ya no existe y todo el mundo está con su jugador. Porque a veces en la vida se toman decisiones, que podremos acertar o fallar. Entiendo que desde el corazón de un aficionado hay decisiones que a veces duelen. Es lógico que haya gente que pueda estar un poco molesta, pero, a la misma vez, como quieren tanto al club, creo que estarán deseosos de que le salga muy bien a José para que todo vaya fenomenal".

"Está trabajando increíblemente bien. Está súper implicado. Ha querido estar aquí, ha sido él el que ha venido y creo que eso tiene que amortiguar ese golpe. Y la gente tiene que valorar también que podía haber ido a cualquier otro Primera División o a otro Segunda División y, sin embargo, ha querido venir aquí; son cosas a valorar. Creo que estoy aquí para defender no solo a José Morales sino a todos mis futbolistas. Voy a ser siempre su escudo protector, a pesar de que mi pecho pueda acabar reventado, pero tengo que ponerme por delante desde mi corazón”.

“Si necesitas un trozo de mi corazón, ahí lo tienes”, como dijo en aquel vídeo que se viralizó, pero está claro que los jugadores tienen que dar algo a cambio.

“¿Sabes cuál es el cambio? Hacer las cosas bien en el campo, estar implicados, ser solidarios, buenos compañeros… esa es la forma de pagarlo. Yo les doy mi corazón y me pongo de escudo, sabiendo que cuando te pones de escudo, vas a recibir muchos golpes, pero no importa, es mi función, mi labor. Lo que quiero es que ellos queden protegidos detrás del escudo para en el campo mostrar sus virtudes. Entonces habrá merecido la pena los golpes que me haya llevado.  Además lo están haciendo porque hasta ahora están compitiendo bien”.

El corrillo de la plantilla a Iborra en su primer entrenamiento tras su vuelta al Levante (Foto: LUD).

Tener a un jugador como Iborra que ha hecho todo lo posible y lo imposible por estar aquí, como entrenador le generará una sensación muy satisfactoria.

Claro, sobre todo porque quiero jugadores que quieran estar aquí y que crean que este es su sitio. Como entrenador es fantástico porque no piensas en otra cosa nada más que en tu sitio, en estar aquí, en que las cosas salgan muy bien aquí porque lo sientes como tu casa y no estás de paso. A mí me gusta generar raíces para sentirlo como mío porque así me sacrifico como con tu familia. Y ellos lo tienen tanto José Morales como Iborra, como muchos otros que tienen ese sentimiento. Eso es muy bueno y además nos viene fenomenal para, siendo veteranos y con jerarquía, generar ese caldo de cultivo en el resto de la plantilla”.

Eso faltó el año pasado; esos jugadores que daban esa experiencia entre una plantilla muy joven. Ahora hay muchos con galones; muchos que podrían ser capitanes.

Hay cuatro capitanes ya elegidos que son Iborra, Pablo, Morales y Andrés (Fernández) y entre ellos han decidido que el primer capitán sea Iborra. Han escogido un orden. Pablo quiere estar entre los capitanes, eso no es mala señal y aquí nadie está reculando. Yo voy con mis chicos a donde haga falta y les voy a apoyar absolutamente en todo. También les voy a exigir mucho. No vienen aquí a pasar el rato porque la exigencia es muy alta”.

"Hay cuatro capitanes ya elegidos que son Iborra, Pablo, Morales y Andrés (Fernández) y entre ellos han decidido que el primer capitán sea de Iborra. Han escogido un orden. Pablo quiere estar entre los capitanes, eso no es mala señal y aquí nadie está reculando"

Julián Calero, en la charla de principio de temporada con el resto de la plantilla (Foto: LUD).

Las lesiones han sido el borrón de la pretemporada. Los primeros pasos fueron sin Sergio Lozano ni Iván Romero, que ya están con el grupo y también se han lesionado Iborra, Carlos Álvarez y, más recientemente, Fabrício. ¿Le preocupa que tan pronto se acumulen problemas físicos?

“Hay una parte de culpa que es nuestra, porque hemos subido el nivel de intensidad de entrenamiento. Lo hemos subido exponencialmente a una altura importante. Hemos subido el nivel de trabajo en el día a día en el gimnasio, que es un trabajo muchas veces preventivo para que no pasen estas cosas, pero eso requiere de una adaptación, que a veces en algunos jugadores les cuesta un poco más. Lo de Carlos fue muy poquito entre una sobrecarga y algo muy limitado, que ha sido 10 días y ha estado 10 días más por precaución. Lo de Iborra creemos que también fue el final de temporada pasada, que no terminó de recuperar y cuando llegó tenía tantas ganas que al entrar debimos haber tenido un pelín más de precaución, pero está perfectamente ahora ya".

"Son lesiones que tienen su aquel y de las que uno siempre se siente responsable, pero había dos posibilidades: yo siempre digo que el que no se embarca no se marea; o entrenas y asumes el riesgo de lesionarte o no entrenas y no te lesionas. Cuando hay un nivel de entrenamiento y una intensidad como la que nosotros ponemos, pues a veces pasan estas cosas. Es un poco el borrón porque me hubiera gustado no haber tenido, pero también es verdad que están trabajando los servicios médicos, los recuperadores y todo el mundo muy bien. Hay un cuerpo médico, un staff muy muy importante y con mucha capacidad. Creo que entra dentro de lo normal”.

Julián Calero y Carlos Álvarez, uno de los que ha tenido que frenar en pretemporada (Foto: LUD).

Lo de Fabrício duele tanto porque su rendimiento en la pasada temporada estuvo marcado por lesiones y además estaba siendo importante en pretemporada.

“Me da mucha pena porque es un jugador muy explosivo y esa explosividad creemos que le lleva a esa rotura. Se está haciendo un estudio de él exhaustivo para ver de dónde puede venir, pero es muy difícil detectar de dónde viene. Se lesiona en una acción del entrenamiento que no tiene ningún tipo, en principio, de dificultad y se termina lesionando. Lo que me da mucha pena es que la rotura sea muy amplia y le vayamos a tener mucho tiempo fuera. Le esperaremos y sabemos de su potencial. Además es un tipo de jugador que me gusta, porque es potente, rápido, encarador y porque le estaba intentando generar patrones e ideas nuevas; no tanto recibir al pie, más recibir al espacio, más llegar, más atacar la espalda y más cosas que creo que potencialmente le van muy bien. A alguno se le abrirá un espacio. Cuando algún compañero se lesiona a alguno se le abre una puerta, pues que la aproveche”.

"Lo que me da mucha pena es que sea la rotura muy amplia y le vayamos a tener mucho tiempo fuera. Le esperaremos y sabemos de su potencial. Además es un tipo de jugador (Fabrício) que me gusta, porque es potente, rápido, encarador y porque le estaba intentando generar patrones e ideas nuevas"

Una de las sonrisas de la pretemporada ha sido Víctor Fernández Jr. Un talentazo que hay que saber cuidar y tener paciencia con él.

“Es que tiene 16 añitos y Lamine Yamal ha hecho cosas muy buenas, pero una mala, sin querer, es que todo el mundo piense que con 16 años o estás en la élite o ya no vas a estar. Cada uno tenemos un proceso en la vida. Raúl González Blanco llegó con 17 y fue imparable, pero hay otros que han llegado con 22, porque todavía física o mentalmente no estaban preparados, y han sido jugadores muy buenos. A Víctor lo estoy conociendo, tiene capacidad, tiene calidad y tenemos que ver exactamente cuál es el mejor camino para que siga progresando. Tiene que jugar partidos, seguir cogiendo experiencia, formándose, pero cuenta con lo más importante: mucho fútbol, una zurda preciosa y mucha calidad. Y a eso hay que sacarle rendimiento”.

El Levante de Calero ha completado la pretemporada sin conocer la derrota (Foto: LUD).

En la presentación dijo que quería la experiencia de los veteranos como Iborra y Morales y el descaro y atrevimiento de los jóvenes como Víctor Fernández.

“Claro. Es que eso hace que seas un equipo más competitivo para conjugar muchas cosas: el juego aéreo con el juego por abajo, la defensa de área con el ataque de área rival, el tener el balón con cuando no lo tengo o esos jugadores jóvenes con más veteranos para que los veteranos les den ese pozo y esa calma y los jóvenes, ese desparpajo. Sí que creo mucho en esa mezcla de juventud y veteranía”.

¿Carlos Espí tiene sitio en el primer equipo?

“Carlos está trabajando fenomenal. Es un chico con unas condiciones tremendas. En cada balón es un rematador puro de los que ya no quedan en el fútbol. Quizás el más parecido a él sea Moha (Bouldini) porque es más jugador de área y menos de ocupar espacios. Es un chico que está adaptándose bien al primer equipo y que por ese físico y ese potencial que tiene, vamos a ver el rendimiento que le tenemos que sacar; también un poco dependiendo al final de la plantilla, si va a haber salidas o no en esas posiciones y si nos quedamos todos, ver qué papel puede asumir”.

La temporada pasada hubo muchos problemas con las ‘fichas B’, con futbolistas que acabaron siendo esenciales para Felipe como Andrés García, Cabello y Carlos Álvarez con ese rol.

“El tema de las ‘fichas B’, cuando tienes muchas, condiciona los partidos porque no puedes hacer los cambios y puedes incurrir en una falta y por consiguiente en una pérdida de puntos. Hay que tener mucho cuidado con eso. Vamos a tener jugadores con ‘ficha B’, pero no podemos tener una barbaridad. Los que creamos que estén preparados para ‘el equipo A’ tienen que dar el salto y los que no... los podremos mantener a caballo porque es bueno para los jugadores y para el club, pues que sean una cantidad determinada para que no haya problemas".

"Vamos a tener jugadores con ‘ficha B’, pero no podemos tener una barbaridad. Los que creamos que estén preparados para ‘el equipo A’ tienen que dar el salto y los que no... los podremos mantener a caballo porque es bueno para los jugadores y para el club"

Hasta la llegada de Unai y posteriormente de Pampín, salvo Dela, los demás integrantes de la zaga tenían la temporada tenían ‘ficha B’.

“Por eso mismo son posiciones a reforzar. Lo que tenemos está bien, pero es que la competición es muy larga y va a haber sanciones, lesiones y tienes que prever todo. No soy de plantillas amplias, no me gustan, me gusta doblar posiciones y a partir de ahí tirar de los jugadores del filial. Creo que tienen capacidad los que han estado con nosotros; han estado trabajando muy bien. Si les cerramos la puerta con 25 jugadores del primer equipo, pues es imposible que tengan cabida, imposible. Hay que dejar siempre la puerta entreabierta para que llegue un chico, la empuje de verdad y pueda entrar”.

Julián Calero, dando instrucciones durante la pretemporada (Foto: LUD).

¿Qué plan hay con Chensou Bekkouche?

“Estuvo lesionado la primera semana y no recuperó. Probablemente, cuando se recupere, tendrá que entrar en el equipo B, de momento”.

¿Si se queda Pablo ya no habrá que comer mortadela?

“La mortadela me persigue para bien porque significa humildad y eso no se puede perder. La mortadela es trabajo diario. Tú puedes tener trabajo diario y humildad y de vez en cuando picotear el caviar, que no somos tontos y nos puede gustar. Podemos tener buen gusto, pero lo que quiero transmitir con la mortadela es esa humildad y sacrificio, esos ciertos valores que el fútbol te los exige y hay que crecer alrededor de ellos. Si conseguimos eso, pues a lo mejor somos capaces de ir comiendo más cosas que creo que el equipo puede hacerlo”.

"Lo que quiero transmitir con la mortadela es esa humildad y sacrificio, esos ciertos valores que el fútbol te los exige y hay que crecer alrededor de ellos. Si conseguimos eso, pues a lo mejor somos capaces de ir comiendo más cosas que creo que el equipo puede hacerlo"

¿Se atreve a marcar un objetivo?

“No me voy a marcar un objetivo, pero voy a ser muy ambicioso dentro del vestuario y muy humilde, fuera de él; así que nadie me va a oír decir nada que pueda generar humo. Con la cantidad de equipos que hay en las mismas circunstancias que nosotros y algunos en mejores, no voy a hablar absolutamente de ningún objetivo. Ahora, eso sí, puedo hablar de que mi equipo va a competir muy bien y que vamos a ser un equipo atractivo porque nos vamos a meter en campo rival, porque vamos a ser agresivos, porque vamos a ser valientes y con la punta de calidad de nuestros jugadores que la tenemos, juntando la mortadela y el caviar, vamos a ser capaces de hacer cosas bonitas”.

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