La sanción que la FIFA impuso sobre Luis Suárez desde su mordisco a Chiellini en el Mundial le impide, entre otras muchas cosas, entrenarse incluso con sus nuevos compañeros del FC Barcelona.
De hecho, el uruguayo ni siquiera ha podido ser presentado con la camiseta azulgrana, aunque espera que en la próxima revisión de su caso por parte del TAS –que tendrá lugar el día 8 de agosto-, la sanción se reduzca y, de algún modo, pueda volver a sentirse como un futbolista normal.
Mientras llega ese momento, Suárez se ha instalado en un lujoso hotel de Sitges llamado Dolce, con unas instalaciones apropiadas para la preparación física del ex del Liverpool y con la privacidad asegurada.
Después de unas primeras semanas en España en las que ha estado en casa de sus suegros en Castelldefels y, posteriormente, entrenándose en distintos lugares como la playa y la montaña, el delantero tiene ahora a su disposición un gimnasio para ejercitarse y su familia puede disfrutar mientras tanto de un complejo hotelero de lujo.