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El Valencia, ante un verano complejo por la incógnita de la Champions

Jesús Rengel/EFE

El Valencia acaba de dar el pistoletazo de salida a un verano complejo, en el que deberá diseñar un proyecto deportivo de cara a una temporada marcada por la eliminatoria previa de la Liga de Campeones, que podría celebrarse incluso después del inicio del campeonato español de Liga.

En esa eliminatoria previa, prevista para la segunda quincena de agosto, conocerá el club de Mestalla algo trascendental para su devenir a corto plazo: si va a jugar la primera competición continental o si debe conformarse con la Liga Europa.
La primera opción exige planteamientos diferentes a la segunda, pero como restan casi tres meses para que el club conozca la senda por la que va a avanzar en la campaña 2015-2016, es necesario combinar ambas posibilidades a la hora de confeccionar el equipo.
El capítulo de ingresos es el primero que quedará condicionado por el resultado de esos 180 minutos de fútbol que el Valencia afrontará a finales de agosto, pero con el inconveniente de que muchas determinaciones se habrán debido adoptar de antemano.
Sin embargo, no todo es incertidumbre. Algunas cuestiones se han resuelto ya. Ahí están, en una lectura positiva, los casos de la renovación del contrato de Joao Cancelo y José Luis Gayà; pero también, desde un prisma negativo, la de la baja durante ocho meses del guardameta Diego Alves.
La ausencia hasta el inicio del año 2016 del internacional brasileño obliga al Valencia a contratar un portero bien como alternativa a Yoel Rodríguez o, es lo más probable, como titular para afrontar como plenas garantías la temporada.
Además, la lesión del portugués André Gomes, que va a estar tres meses de baja, complica su presencia en la ronda previa de la Liga de Campeones, ya que su hipotética fecha de reaparición prácticamente coincide con la disputa de esa eliminatoria.
Incógnitas como la del futuro del argentino Nicolás Otamendi o la del atacante madrileño Álvaro Negredo, así como el papel que van a jugar los futbolistas cedidos esta temporada, se deberán resolver en las próximas semanas.
Es el caso, por ejemplo, de Fede Cartabia, que ha jugado cedido toda esta temporada en el Córdoba, o de Robert Ibáñez, que lo ha hecho desde enero en el Granada. El papel que van a jugar a partir de ahora está por decidir.
Con todo, el equipo debe llegar a la ronda previa de la Liga de Campeones con un equipo perfectamente ensamblado, ya que se juega demasiado en ese envite como para experimentar, pero también debe hacerlo con amplitud de miras para tener preparadas estrategias ante la posibilidad de no alcanzar el objetivo.
El Valencia es un equipo que tradicionalmente ha superado con holgura las fases previas que ha afrontado en la Liga de Campeones, pero rivales como el Elfsborg sueco, el Happoel israelí e incluso el Salzburgo austríaco poco tienen que ver con algunos de los que se puede encontrar este año.
Conjuntos como el Mónaco francés, el Ajax holandés o el Panathinaikos griego, entre otros, son equipos de un potencial superior a todos aquellos y ahora se encuentran entre los posibles rivales del club de Mestalla en el camino hacia la fase de grupos de la Liga de Campeones.
En algunas campañas no muy lejanas, el Valencia ha cerrado su plantilla con la Liga ya comenzada, poco antes del cierre del periodo de fichajes el 31 de agosto, pero en esta ocasión la eliminatoria previa obliga a acortar plazos.
Prueba de ello es que el entrenador del equipo, el portugués Nuno Espirito Santo, ha fijado el inicio de la pretemporada para el 1 de julio, una fecha madrugadora en la que nunca había vuelto al trabajo la plantilla del Valencia.

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