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Un Clásico decisivo

Santiago Aparicio

Mucho más que tres puntos están en juego en el Clásico de vuelta de la presente temporada, en el estadio Santiago Bernabéu, con el Real Madrid como líder, reforzado por su clasificación europea y el Barcelona, con el agua al cuello y sin margen de error.

El encuentro que habitualmente paraliza durante casi dos horas la actividad en más de medio mundo irrumpe en el calendario en plena efervescencia competitiva. A seis jornadas del final. Cuando empiezan a pesar más los puntos no logrados que los conquistados. Cuando cada desliz es un drama y cada triunfo una necesidad.
El Barcelona, malparado de la Liga de Campeones, incapaz de marcar en tres de sus últimos cuatro compromisos continentales, llega al Bernabéu con necesidad en uno de los duelos entre blancos y azulgranas más determinantes de las últimas temporadas.
Un triunfo blanco situaría la Liga a punto de sellar. El empate dejaría su estado tal cual; favorable al equipo de Zinedine Zidane, como hasta ahora, con un partido -ante el Celta- aún por jugar. Sin embargo, la victoria azulgrana daría un revolcón al tramo último del torneo, con el conjunto de Luis Enrique erigido provisionalmente en lo alto de la clasificación pero con el Real Madrid aún dependiendo de sí mismo, por el compromiso pendiente de Vigo, pero sin posibilidad de fallo hasta el final del trayecto.
El Real Madrid sobrevive en medio de un abril loco, con sus objetivos intactos. El tropiezo ante el Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu no fue aprovechado por el Barcelona para asaltar el liderato. Perdió el conjunto azulgrana en Málaga y el equipo blanco, incluso, aumentó en un punto su renta. El resto de desafíos ligueros fueron sacados adelante por la segunda unidad de su plantilla, que respondió a las salidas en Eibar, Leganés y Gijón.
En Europa hizo los deberes también el Real Madrid, que dejó atrás la eliminatoria con el Bayern Múnich para acometer en mayo las semifinales, en las que se medirá al Atlético de Madrid. Mira al futuro la plantilla de Zinedine Zidane, que ha superado gran parte de un mes que ha puesto a prueba la solvencia del proyecto.
Con más dudas y urgencias irrumpe el Barcelona en el Bernabéu. Tres puntos por detrás de su rival solo le sirve el triunfo para afrontar el resto del curso en clara predisposición de lograr el título en una competición que ha dominado con claridad en los últimos tiempos.
La visita al recinto blanco es asumida como un estímulo para un equipo dañado por Europa. La conquista del clásico revitalizará la autoestima azulgrana. No puede haber mejor momento para visitar el Bernabéu que el actual a pesar del riesgo. Así lo reconoció el preparador del Barcelona tras la caída frente al Juventus.
A pesar de que la plantilla de Luis Enrique ha sido incapaz de rentabilizar cada traspié de su adversario y de que flaquea a domicilio, insospechadamente contra rivales de menor entidad, razones acumula el vigente campeón para contemplar la visita a Madrid como una oportunidad de agitar el campeonato.
En sus últimos ocho viajes a Chamartín solo en dos volvió malparado. Una de ellas fue hace dos temporadas, la primera con Luis Enrique en el banquillo, cuando el Real Madrid ganó por 3-1. La otra fue con Tito Vilanova como entrenador, en la 2012-2013. El conjunto blanco se impuso por 2-1.
A excepción del empate a un tanto firmado por ambos en la 2010-2011, en la tercera temporada de Pep Guardiola como preparador azulgrana, en el resto de ocasiones, cinco, el Barcelona salió con los tres puntos del Bernabéu. Tres, precisamente, con Guardiola, incluido el llamativo 2-6, una con el argentino Gerardo 'Tata' Martino (3-4) y la más reciente, la de la pasada temporada, con Luis Enrique, cuando el conjunto barcelonés venció por 0-4 y que supuso el principio del fin de Rafael Benítez como responsable técnico del Real Madrid.
El cuadro blanco, sin embargo, prefiere aferrarse a los antecedentes de Zidane. Con el galo en el banquillo, el Real Madrid ha salido airoso de los clásicos en la Liga. Aunque esta será la primera vez que afronte esta situación como local. La experiencia del entrenador francés en estos partidos se reduce al Camp Nou. El pasado año logró ganar (1-2). Este curso obtuvo un empate (1-1).
El Barcelona, que ha padecido tropiezos inexplicables en algunos momentos del ejercicio, respondió, sin embargo, en recintos de renombre. Salió con los tres puntos del estadio Vicente Calderón (1-2), del Sánchez Pizjuán contra el Sevilla (1-2), de Mestalla frente el Valencia (2-3) o de San Mamés (0-1). Empató en Villarreal (1-1) y en Anoeta (1-1).

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