El delantero argentino Lucas Boyé, cedido por el Torino al Celta de Vigo hasta final de temporada, aseguró este lunes que fichar por el conjunto celeste es un "desafío" para él, después de no tener el protagonismo esperado en la Serie A."Para mí es un gran desafío, el Celta es un gran club y por eso deseaba venir aquí. Vengo con muchas ganas, espero que todo vaya bien", comentó durante su presentación en la sala de prensa del estadio de Balaídos, donde fue presentado por el vicepresidente Antonio Rosendo.
El atacante, que pasó por River Plate y Newell's Old Boys antes de recalar en el fútbol europeo, no quiso definirse como futbolista ni tampoco pronunciarse sobre sus opciones de continuar en el Celta la próxima temporada -el club vigués tiene una opción de compra por 12 millones de euros sobre sus derechos, a pagar en dos plazos-.
"Vengo con la pretensión de sumar, de crecer como jugador y como persona y después será lo que dios diga. En mi corta carrera he jugado en todos los puestos de atacante, así que considero que puedo adaptarme a cualquiera de esas posiciones", subrayó Boyé, que no cree que su rendimiento en Italia haya sido "tan malo".
"Aportaré donde me toque. Yo he venido para jugar, no para especular. Si estoy acá es porque me quisieron, así que intentaré no decepcionar a los que confiaron en mí", reiteró el atacante sudamericano.
El director deportivo, Felipe Miñambres, avanzó que Boyé se adapta a lo que había demandado Juan Carlos Unzué para suplir al salida del internacional sueco John Guidetti al Deportivo Alavés.
"Esperamos que muestre todas sus cualidades en el Celta, que son muchas. Lo más importante cuando se llega a un sitio son las ganas y él ha demostrado muchas ganas por vestir la camiseta de nuestro club a pesar de que se dilató en el tiempo más de lo que deseábamos. Esperamos que nos ayude a conseguir los objetivos", explicó.