El presidente del Levante, Quico Catalán, cumplirá este sábado nueve años en el club valenciano, al que llegó como director general para posteriormente luego ascender a la presidencia del consejo de administración, y la próxima temporada, la 2018-19 será la última al frente del club, tal y como ha asegurado en varias ocasiones.Catalán, de 42 años, sustituyó a Emiliano Carballo como director general del Levante el 28 de abril de 2009 y comenzó de este modo su segunda etapa en el club, ya que anteriormente había sido consejero durante el periodo de Pedro Villarroel como dueño y presidente de la entidad de Orriols.
El actual presidente del Levante aterrizó en una compleja situación económica y deportiva, con el equipo en Segunda División y bajo la tutela de la Administración Concursal, cuyos administradores eligieron a Catalán para dirigir la entidad justo en el año de su centenario.
Sólo nueve meses después, el 8 de enero de 2010, Catalán se convirtió en el presidente del consejo de administración y en junio de ese mismo año, contra pronóstico y con Luis García en el banquillo, el Levante logró un inesperado ascenso a Primera División.
Tras el regreso a la máxima categoría del fútbol español, el Levante vivió su etapa más duradera en Primera, en la que permaneció seis temporadas de forma consecutiva y en las que, entre otros éxitos, fue líder de la categoría por primera vez en su historia y debutó en la Liga Europa bajo la dirección en el banquillo de Juan Ignacio Martínez.
Catalán había sido reelegido junto al resto de la directiva en diciembre de 2014 y su mandato vence a finales de 2019. Aunque su salida del club podría anticiparse y coincidir con el inicio de la temporada 2019-20, la fórmula para su marcha todavía no está confirmada.
Además de los éxitos deportivos obtenidos con Catalán en la presidencia, y al margen del lunar del descenso a Segunda de 2016 que enmendó de forma brillante con el ascenso a Primera solo un año más tarde, la gestión del presidente ha sido rutilante en el aspecto económico.
En este sentido destacan traspasos millonarios como el de Keylor Navas al Real Madrid por diez millones de euros o el de Felipe Caicedo al Lokomotiv de Moscú por 7,5 millones.
Además, el Levante entró en concurso de acreedores en 2008 con una deuda de algo más de 93 millones de euros y tras su labor, y según explicó el propio Quico Catalán en la junta ordinaria de accionistas del pasado mes de diciembre, tienen la previsión de que a finales de este año la deuda sea solo de 15,9 millones.
El dirigente valenciano tiene en marcha dos proyectos muy ambiciosos, como son la construcción de la nueva ciudad deportiva del club en Nazaret (València), cuya aprobación está a punto, y la remodelación del estadio Ciutat de València para mejorar la infraestructura y adecuarla a las necesidades de sus aficionados.
Catalán ha reconocido en muchas ocasiones que su intención es abandonar el club en 2019, aunque a punto estuvo de hacerlo en el verano de 2015 cuando el millonario estadounidense Robert Sarver presentó una oferta para comprar el club que la Fundación del Levante rechazó en una votación en la que Catalán se mostró públicamente contrario a la venta.