El Villarreal jugó con fuego, pero rescató hoy en el descuento y de penalti un empate ante el Spartak Moscú (3-3) en un partido que tenía totalmente controlado y en el que se dejó remontar en los últimos diez minutos.
El equipo valenciano demostró una vez más que es el rey de las visitas, ya que suma ya dos victorias y dos empates fuera de casa en cuatro partidos.
Tuvo que ser el veterano Santi Cazorla, que está viviendo una segunda juventud después de años de lesiones, el que salvara a su equipo desde los once metros cuando la afición local ya celebraba la victoria.
El técnico del Villarreal, Javier Calleja, introdujo seis cambios en relación al equipo que cayó sorprendentemente en casa ante el Valladolid, pero su equipo volvió a sufrir en defensa, aunque mostró que tiene pólvora de sobra en ataque.
El colombiano Bacca y el español Gerard se quedaron en el banquillo del estado Otkritie en favor del camerunés Ekambi y el italiano Sansone.
El equipo local salió mucho más metido en el partido y, de hecho, los futbolistas españoles no cruzaron el centro del campo hasta el minuto 10, cuando el nigeriano Chukweze disparó alto.
Pero eso fue un simple espejismo, ya que dos minutos después el delantero camerunés Ekambi adelantó al Villarreal con un golazo para enmarcar.
Recibió un pase interior, pero se quedó sin ángulo para el disparo, por lo que amagó a los dos defensas que le salieron al paso buscando espacio para disparar y se sacó de la chistera un obús que entró por la mismísima escuadra defendida por Maksimenko.
Ese gol, el primero del camerunés en competición europea, enfrío los ánimos de los aficionados locales. Sólo el brasileño Fernando lo intentó a balón parado al filo de la media hora.
Entonces, cuando el equipo local estaba en estado de shock, los jugadores del "submarino amarillo" se sintieron demasiado cómodos agazapados con el marcador a favor y se echaron incomprensiblemente atrás.
Zobnin avisó primero con un remate desde el borde del área grande, que obligó a Andrés Fernández a despejar con la yema de los dedos un balón que se colaba por la base del poste izquierdo.
Y en una jugada posterior, una mano accidental de Sansone al intentar despejar un centro desde la derecha fue considerada penalti por el árbitro del encuentro.
La pena máxima fue transformada por Ze Luis, que puso las tablas en el marcador y castigó la racanería visitante.
En el último cuarto de hora un chico de la cantera moscovita de 20 años, Lomovitski, volvió loco a Pedraza, que no sabía qué hacer para frenar sus internadas.
La reprimenda en el descanso de Calleja debió de ser de aúpa, ya que los jugadores del equipo valenciano salieron al campo con una actitud totalmente diferente.
Así a los 49 minutos, Fornals, el héroe de la victoria en Bilbao, aprovechó un balón suelto en el área tras una buena jugada de Chukweze para revolverse y marcar con un disparo seco con la zurda ante el que nada pudo hacer Maksimenko.
El Villarreal tenía el partido donde quería. Ekambi y Chukweze, Samu para los amigos, era auténticas balas, difíciles de atar para los defensas rusos.
Ekambi tuvo en sus botas el tercer gol en buen contraataque del equipo levantino, pero su disparo escorado hacia la derecha fue despejado no sin dificultades por el guardameta ruso.
Desde entonces, el encuentro se convirtió en un correcalles, pero por suerte para los españoles Ignátov falló un remate completamente solo ante Andrés Fernández.
Mientras Calleja se desgañitaba en la banda por los contraataques desperdiciados, el árbitro anulaba por fuera de juego el gol marcado de cabeza por los locales por medio de Ze Luis.
La suerte volvió a aliarse con los españoles a falta de un cuarto de hora, cuando el argelino Hanni, que acababa de salir al campo, remató al poste, sin que Fernández pudiera hacer nada más que la estatua.
Tanto fue el cántaro a la fuente que Ze Luis aprovechó un buen centro desde la derecha de Hanni para empatar el partido y hacer justicia en el marcador.
Tres minutos después, el jugador más decisivo del partido, Hanni fabricó el gol de la victoria con un disparo que fue escupido por el poste y el rebote fue aprovechado por Melgarejo.
En ese momento al Villarreal parecieron acabársele tanto las energías como las ideas. Por suerte, los rusos cometieron un gravísimo error al derribar en el área al argentino Morii a la salida de un córner en el minuto 95. Cazorla, que había salido pocos minutos antes, engañó al portero ruso y empató el partido.