Vadillo tira de humor para recordar su paso por el Celta: "Al menos comí buen marisco"

Por el Celta de Vigo han pasado jugadores que han dejado huella y otros que, por diferentes circunstancias, no lo han conseguido. En ocasiones, por motivos que se alejan de su propia responsabilidad. Uno de esos ejemplos es Álvaro Vadillo. El gaditano llegó a Balaídos en el verano de 2020 tras una salida convulsa del Granada. Por aquel entonces, Felipe Miñambres comandaba la dirección deportiva y Óscar García el banquillo. Su llegada ilusionó, pero nada más lejos de la realidad. Cayó muy pronto en el ostracismo y terminó saliendo al Espanyol sin debutar. Su recuerdo, como es normal, no es demasiado halagüeño.

Durante una entrevista en Relevo en la que repasó su etapa deportiva, el actual jugador del Racing de Ferrol quiso explicar cómo vivió aquellas semanas convulsas en las que llegó ilusionado al Celta y de donde se marchó casi como vino, después de vivir cosas muy extrañas.

"Entiendo que era un fichaje de club que el entrenador no quería. Llegué allí en pretemporada y entrené de lateral, en los partidos de pretemporada no tuve minutos, cosas muy raras", explica el de Puerto Real. "En las cinco jornadas que estuve allí ni siquiera calenté. Directamente en Vigo parecía un fantasma".

Por ello, se dirigió a Miñambres para preguntarle si su fichaje había sido consensuado con Óscar, una pregunta que extrañó al propio director deportivo. "Se lo pregunté muchas veces a Miñambres: 'Oye, Felipe, ¿tú has hablado con Òscar de que me ibas a fichar?", preguntó el atacante, quien para terminar se toma con humor su paso por Vigo. "Fue raro raro, al menos comí buen marisco dos meses".