No ha sido un encuentro plácido el que se ha vivido este sábado en el estadio José Zorrilla entre el Real Valladolid y el Rayo Vallecano. Además de los pitos de la afición del Pucela hacia algunos de sus jugadores y contra la directiva, encabezada por Ronaldo, en el propio campo se ha producido un encontronazo entre Sergio Camello y Anuar Tuhami.
Cuando el futbolista del Real Valladolid calentaba en la banda antes de saltar al terreno de juego, se encaró con Sergio Camello por dejarse caer al césped tras un lance con Lucas Rosa.
Anuar, que estaba realizando ejercicios de calentamiento, se levantó rápidamente para decirle que se levantara y dejara de simular ninguna acción. Por su parte, el jugador del Rayo también realizó algún que otro aspaviento dirigido a su rival.
Sin duda, una muestra de la tensión que se ha respirado este sábado por la tarde en el José Zorrilla. La imagen ofrecida por el Pucela no es desde luego la deseada por su afición y, de ahí, a que haya mostrado su cabreo por el rendimiento del equipo durante el campeonato.
El Rayo, que llegaba al José Zorrilla tras cosechar tres empates seguidos, dejó claro desde el inicio que iba a por todas. Y salió a presionar como si no hubiera más partidos, cerrando por completo en su área a los vallisoletanos.
Los locales no eran capaces de dar cuatro pases seguidos. Los madrileños controlaban el balón y no renunciaban a lanzar desde cualquier posición. Isi, en ese sentido, demostró tener hambre de gol.
Al menos, el Real Valladolid unió sus líneas y supo mantener el tipo ante el empuje visitante. El único que conseguía encontrar metros en la banda era Luis Pérez, que logró un buen centro al que llegó Amallah, pero entró con demasiada fuerza y el esférico se fue a la grada.
El Rayo empezaba a crear más peligro, pero sin disponer de ocasiones realmente claras para inaugurar el marcador. Y eso despertó el nerviosismo de los jugadores blanquivioletas y del público.
Pero lo que no admitía crítica fue la entrega del equipo local, que intentaba sacar de donde no había, que defendía con uñas y dientes su área ante el asedio de los de Vallecas y buscaba el error rival para tratar de generar opciones.
Luis Pérez fue el más activo en esa faceta y otro de sus centros, que buscaba con intención a Machis, terminó siendo desviado por un Lejeune que supo anticiparse.
Con esa jugada, el colegiado, que se fue a vestuarios entre sonoros pitidos de la afición, tras varias decisiones polémicas, señaló el final de la primera mitad, que terminó sin goles.
Se ve que a Pezzolano no le había gustado demasiado lo que había visto y realizó tres cambios para dar más velocidad, control y desborde a su equipo. Y desde luego la decisión fue acertada, porque el Real Valladolid cambió radicalmente.
Lucas Rosa, con un buen control y un mejor pase, encontraba a Raúl Moro, quien entró como un cohete hasta la línea de fondo, logrando un pase hacia atrás que Amallah empalmó con fuerza para batir a Batallla y firmar el primer gol.
Duró poco la alegría en la casa del pobre. De Frutos, cinco minutos después, aprovechó un rebote y un fallo defensivo del conjunto blanquivioleta para disparar desde la frontal del área pequeña y empatar el choque.
Eso no hundió a los locales, que pudieron volver a tener ventaja de no ser porque Amallah, que se plantó solo delante del portero, perdió el control del balón en el último momento y permitió a Batalla cerrar el disparo.
Los vallisoletanos lo intentaban con más ahínco. Mario Martín desaprovechó otra gran ocasión de gol. Y eso se paga, al menos, el Real Valladolid lo acaba pagando, a pesar de hacer cosas bien y de poder volver a contar con un activo como Anuar, que regresaba tras dos meses.
Pero Hein no atrapó el balón cuando fue rechazado por el poste y ahí estaba De Frutos para imantar el esférico y lograr su segundo gol, con el que remató un encuentro en el que el Rayo se mostró más seguro y confiado que su rival.