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Montilivi celebra por todo lo alto el ascenso a Primera División

El Girona y su afición celebraron este domingo por la noche el ascenso a Primera División con una espectacular fiesta en la que los fuegos artificiales y los parlamentos de los jugadores fueron los protagonistas.El pitido final del colegiado desató la locura en Montilivi, las 9.300 personas que ocupaban este domingo por la tarde el estadio vieron por fin su objetivo cumplido después de varios intentos que habían acabado de forma negativa.
En el momento que se escuchó el silbido final la locura se apoderó de Montilivi y los más de nueve mil aficionados que llenaron las gradas del municipal invadieron el césped para celebrar el ascenso.
Tras un cuarto de hora de euforia en el césped, los aficionados volvieron a sus lugares para que empezase la fiesta que el club tenía preparada tras el partido, que empezó con la aparición de los jugadores, que fueron desfilando hasta el centro del campo uno por uno acompañados de los cánticos de los aficionados y un espectáculo de luces.
Las ovaciones más destacadas de la noche fueron para los Granell, Pere Pons o Pablo Machín, entre manteos, carreras y gritos de "a Primera, a Primera".
El primero en tomar la palabra fue el técnico, Pablo Machín, que dijo "ser un hombre de palabra" al recordar: "Hace tres años, cuando llegué aquí, celebrábamos la salvación y os dije que celebraríamos algo grande. Ahora todos juntos somos de primera".
Al entrenador del Girona le siguió Richy, el capitán, que quiso ser breve y sentenció que "es un premio para todos, os merecéis esto y más"
El turno fue para Eloi, Granell y Pere Pons, tres hombres de Girona. El primero quiso emular a Tarradellas y Guardiola "Gironins gironines ya tenemos la primera división aquí, lo hemos pasado mal, pero tenemos algo, y es que no nos rendimos nunca. Por eso hoy somos de Primera".
Pere Pons, que juega en el Girona desde que tenía 10 años, dio las gracias "a todos los miembros del club, que llevan mucho tiempo trabajando para conseguir cosas grandes.
Por último Àlex Granell, al que se le había visto llorar en los anteriores intentos de ascenso frustrados del Girona, apuntó eufórico: "Por fin somos equipo de Primera División". Además coincidió con su amigo Eloi al asegurar: "Hemos pasado momentos muy difíciles y hemos llorado de pena. Hoy lloramos de alegría y todos juntos somos de Primera".
La fiesta concluyó con una espectacular traca de fuegos artificiales.

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