El jugador de la UD Las Palmas Jonathan Viera ha pedido al club que haga un "esfuerzo" y acepte la oferta del equipo chino Beijing, que le propone un millonario contrato para las próximas tres temporadas, una "oportunidad única" para el futbolista y la propia entidad.
Viera ha explicado en rueda de prensa que la situación está "en manos del club", y que está a la espera de lo que decida, pero durante su comparecencia ante los medios ha repetido en varias ocasiones que se trata de una "oportunidad" económica que resolvería el futuro de su familia, y que no sabe si volverá a repetirse.
El jugador internacional ha lanzado mensajes muy claros, como que, con él en la plantilla, Las Palmas también ha sido colista, que va "cumpliendo años" -tiene 28-, que si se marcha "no se acabará el mundo", y también ha recordado que juega de amarillo "perdiendo dinero".
Por el contrario, también ha reconocido que se encuentra en una difícil disyuntiva, porque el equipo isleño está en posiciones de descenso y el club chino quiere que la operación se haga de inmediato, porque el mercado asiático cierra el próximo día 28, y esa es la única situación que le echa para atrás.
"Si hubiese sido en junio, no tendríamos dudas de que esta oportunidad hay que cogerla, y por eso se está atascando un poquito más, porque el equipo sufriría un percance si me voy ahora", ha explicado ante los periodistas.
Viera reconoce que tiene "un cacao en la cabeza", porque por una parte no puede decir que no a una oferta "que arregla la vida" a toda su familia, pero por otra se le quedaría el "corazón helado" por dejar al equipo en la situación en la que se encuentra.
En cualquier caso, el jugador asegura que el próximo sábado, ante el Sevilla, saldrá "al doscientos por cien" porque "hasta el último día" que esté en la Unión Deportiva dará "el máximo", pero no sabe si será su último partido de amarillo.
En cuanto a la postura del entrenador, Paco Jémez, el jugador sabe su opinión "sin haber hablado con él" sobre este asunto, porque le considera un jugador vital.
Con respecto a lo que opinen los aficionados tras hacer público su deseo de marcharse, ha dicho que "nadie va a poner en duda" lo que siente por el equipo amarillo, y les pide que se pongan en su lugar ante una oferta así.
Viera, quien en su día no se adaptó al fútbol belga cuando fichó por el Standard de Lieja, asegura que ha "contemplado" todos los condicionantes que tendría afrontar un reto en China, adonde iría con su hijo recién nacido, y a competir a una liga menor que le podría restar posibilidades de ser convocado por España para disputar el próximo Mundial de Rusia.
Lo que sí ha asegurado es que en ningún momento se declararía en rebeldía si el club cerrase la puerta a su salida, y pelearía "para salvar al equipo" del descenso a Segunda.
Miguel Ángel Ramírez, presidente de la UD Las Palmas al que Viera considera "un padre", ha reiterado que el jugador "no está en venta", y desde hace meses tiene pactada una mejora salarial con el futbolista que aún no se ha firmado.
"Por una cosa u otra, no nos hemos sentado y no la hemos firmado, la teníamos hablada desde antes de ir a la selección, pero si esto no sale -el traspaso a China-, se firmará cuando yo quiera", ha asegurado hoy el futbolista.
Viera ha añadido que si fuese por el presidente, le haría un "contrato vitalicio", pero también es consciente de que no puede competir con las cantidades que ahora le ofrecen.
"El club tiene que sacar el mayor dinero posible de esta operación, y me parece perfecto, todas las partes tienen que salir beneficiadas. No puedo exigirle que me venda si no lo estima oportuno; le he dicho lo que pienso, todos los años que llevo aquí perdiendo dinero, y si no sale, no pasa nada, daré el doscientos por cien hasta junio", ha subrayado el jugador.
Ahora bien, ha reconocido que la situación puede que le esté "afectando" porque es "humano" y no "una máquina", y por eso su intención es que, en un sentido u otro, las cosas "se hagan rápido" y no esté "mareando la perdiz" para resolver su futuro inmediato.