A pesar de perder contra el Eibar por 1-4 en un partido "mucho más equilibrado de lo que refleja el marcador", el entrenador del Girona, Pablo Machín, aún no quiso dar por acabadas las opciones de su equipo de clasificarse para la Liga Europea y dijo: "mientras hay vida hay esperanza"."Aunque es cierto que lo tenemos muy difícil para poderlo conseguir", reconoció el técnico soriano antes de destacar que "el sueño se ha comido la realidad" y admitió: "somos los culpables de haber alentado un objetivo tan ambicioso".
En esta línea, Machín también remarcó que son "tan exigentes" con ellos mismos que ahora que deberían "estar dando palmas con las orejas", están "muy jodidos".
"Me voy decepcionado, frustrado y cabreado conmigo mismo y con la falta de concentración en algún momento puntual, pero el equipo ha dado la cara", añadió el entrenador rojiblanco.
En referencia al encuentro contra el Eibar, Machín también subrayó que les penalizaron "mucho los errores, y ellos han estado mucho más acertados. El fútbol es un juego de aciertos y errores; a ellos les ha salido todo muy bien, y a nosotros nos ha salido todo muy mal".
"Aunque pueda parecer un loco, creo que quitando algunos errores puntuales e individuales hemos hecho un partido bueno. Tenemos que levantarnos tal y como lo hemos hecho siempre", concluyó Machín.