No puedo estar más de acuerdo con Pepe Mel, que en una de sus últimas comparecencias del año quiso mandar al olvido el 2020 de una forma nada diplomática.
Fueron las declaraciones que todos firmaríamos el 31 de diciembre después de la última uva. Las palabras de una persona agotada, hastiada y angustiada tras los meses más duros e inciertos que se recuerdan.
Podemos hablar de fútbol también. De hecho, deberíamos. Primero, porque hay material de sobra para el debate y la crítica (no anda muy fina la UD). Y segundo, porque tiene un fin terapéutico: evadirnos durante unas horas de la saturación informativa que nos bombardea a diario con el maldito virus.
Pero la frase de Pepe Mel nos recuerda que, aunque la mayoría de futbolistas viven en una burbuja llena de privilegios en circunstancias normales, no han estado ajenos a este sufrimiento global. Muestra cercanía y provoca empatía con los personajes de un espectáculo que, no lo olvidemos, ha seguido adelante a pesar de los pesares. Show must go on.
Por todo ello, no puedo estar más de acuerdo contigo, Pepe. A ver si se va a tomar por culo ya este 2020.