El derbi femenino que enfrentó al Valencia contra el Levante en Mestalla el pasado lunes contó con una protagonista inesperada. Carolina Miranda, que cogió las riendas del Valencia Féminas el pasado 15 de abril tras el despido de Óscar Suárez, se convirtió en la primera mujer en entrenar al Valencia CF (tanto en la categoría masculina como en la femenina) en el feudo valencianista.
En declaraciones a la web oficial de LaLiga, la entrenadora navarra repasó su carrera futbolística y cómo surgió su fichaje por el Valencia: ''Me llamaron un día para ofrecerme el puesto, y tuve que decidir si continuar jugando o retirarme y meterme en un banquillo de élite. Decidí colgar las botas, ya que también tengo muchas lesiones''.
Miranda, que llegó al club valencianista en julio de 2017 en calidad de segunda entrenadora, comenta que no es el primer estadio de élite en el que ha jugado, pero que Mestalla ha tenido algo especial: ''He jugado en muchos campos, como la Romareda, en la final de la Copa de la Reina, Ipurúa o el Ciutat de Valencia, pero no es lo mismo jugar con el campo lleno. Se empuja al equipo y es una gran satisfacción''.
La entrenadora navarra, que dirigirá al equipo en las dos jornadas que restan de liga, asegura que su plan es trasladar todos los sentimientos que ha vivido como jugadora, y que su objetivo es ''transmitir todos los valores y la pasión para que ellas se sientan identificadas''.
''He jugado en muchos campos, como la Romareda, en la final de la Copa de la Reina, Ipurúa o el Ciutat de Valencia, pero no es lo mismo jugar con el campo lleno. Se empuja al equipo y es una gran satisfacción''.
Antes de comenzar su andadura como entrenadora, Miranda ha sido jugadora de diversos equipos, en los cuales ha ganado varios títulos importantes: ''Me acuerdo cuando debuté en el Lagunak en fútbol 11, de los títulos, de mi debut en el Sabadell, de los títulos que conseguimos, y de irme al Espanyol, donde más títulos hemos ganado y donde más sensación de equipo había en el vestuario''.
Sin embargo, recalca también los sacrificios que conlleva ser futbolista, como tener lejos a la familia: ''Es muy bonito, pero hay que dejar a la familia y cuesta. Ellos viven cosas, nacen sobrinos... Pero esto es una pasión y te engancha. Me fui en el 2003 de casa y sigo fuera por esto''.
La ex jugadora de la Selección Navarra y Española concluye con una reflexión sobre la vida del futbolista: ''Somos unos privilegiados y no nos damos cuenta de lo que hemos vivido hasta dentro de mucho tiempo''.