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Un Valencia CF Femenino sin intensidad se deja dos puntos en el Puchades (0-0)

Jorge Moragón

El Valencia CF Femenino empata otra vez más y ya lleva casi cuatro meses sin conseguir la victoria. Un balón al palo de Flor Bonsegundo fue lo más cerca que estuvo el equipo de conseguir un gol.

Un partido. Una final. Hoy era uno de esos días en los que antes de saltar al terreno de juego te entran vértigos, estás en el descenso y necesitas ganar. Se congela la música, escuchas de fondo a la afición alentando e intentas apoyarte a la pared para comprobar si es real. El ambiente ya está caliente, la gente con las bufandas en el aire y el balón ya lo lleva la colegiada en las manos. Así empezó un partido con la necesidad de llevarse los tres puntos.

El partido empezó con diez minutos sin juego definido, con respeto mutuo y muy pocas ocasiones. La disputa del balón y la falta de acierto en el último cuarto del partido no cambiaba pese a un disparo lejano de Carol Férez que se marchaba por encima del larguero. El Rayo también estaba en la pomada pero no lograba inquietar a Enith quien solo tuvo que inmutarse para atrapar un centro que iba con destino a Sáez.

La afición apretaba, pero el equipo mantenía sus dudas cara el gol. Las ocasiones llegaban por jugadas envenenadas donde el objetivo no era un gol, sino un centro, como fue en el caso del balón bombeado de Bea Beltrán que lejos de llegar a Mari Paz Vilas acabó pasando muy cerca de la portería. El miedo al fallo. Esa idea que estaba en el subconsciente y que también se había dado cita en el partido. Estuvieron hasta veinte minutos con dudas en la finalización de cada jugada y solo en una ocasión generaron peligro de forma voluntaria.

Una contra hilada mediante un juego de pases entre las ches en posiciones ofensivas que vería la luz cuando Asun bajó el balón. Rápidamente la jugadora abrió el balón a la banda izquierda y Bea Beltrán puso un centro perfecto hacia el interior del área. Ahí estaba Flor Bonsegundo. Un cabezazo certero que daba al palo derecho. Un reflejo perfecto de lo que estaba siendo el partido. Una búsqueda de un gol que no llegaba. Una victoria que no se veía desde hace cuatro meses en el Puchades. Con el pitido final de la primera parte y las jugadoras en el vestuario, algo debía de cambiar.

La jugadora del Valencia CF Femenino, Viola Calligaris, rodeada de jugadoras del Rayo Vallecano (Foto: LaLiga)

El Valencia CF Femenino sin empuje

El Rayo Vallecano había cumplido su propósito en la primera parte: dejar su portería a cero. Esto se notó con el balón otra vez en juego. Las jugadoras de la franja subieron las líneas y la presión para intentar tener más ocasiones. Por este motivo, cuando el Valencia pasaba esas líneas encontraba un poco de peligro. Insuficiente porque enseguida replegaba el equipo madrileño y protegía el marcador.

La intensidad. Eso que el Rayo había puesto en la quinta marcha y el Valencia no arrancó con claridad. El equipo no ganaba los balones disputados y eran sus rivales las que siempre conseguían salirse con la suya. El equipo no consiguió poner en serio peligro a las de Carlos Santiso en ninguna ocasión de ese estilo. Todo balón con cierto altura estaba perdido.

El cambio de Paula Guerrero por Sandra Hernández hizo que el Valencia CF Femenino empezara a carburar un poco más en el último cuarto del campo. Suyo fue el disparo que acabó marchándose por poco por el lado izquierdo del palo. Un disparo lejano con la confianza de haber entrado en el campo hacía pocos minutos.

La jugada más peligrosa del encuentro llegó en el minuto 80. Bea Beltrán sacó la magia con una ruleta para dejar tumbada a su par y marcharse en velocidad hasta lado izquierdo del área. Desde ahí, levantó la cabeza y vio a Mari Paz Vilas con cierta libertad. La buscó y le dio la oportunidad del partido, pero la falta de confianza general hizo que el balón acabara siendo despejada en primer lugar por Larque y luego por la zaga del Rayo.

El Valencia pecó de falta de intensidad y esto solo cambió en los últimos minutos, algo insuficiente para llevarse los tres puntos. Son ya cuatro meses sin conseguir una victoria, una situación insostenible que debe de finalizar ya. El equipo de José Bargues sigue coqueteando con un descenso del que sale por la mínima esta jornada.

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