El PSG fue una fiesta el pasado domingo a raíz de la victoria en el clásico francés ante el Olympique de Marsella. Después del batacazo en Champions contra el PSV en el Parque de los Príncipes, el conjunto de Luis Enrique tenía un importante cometido para dar un golpe sobre la mesa en la Ligue 1. Algo que cumplió a rajatabla y con nota.
Una demostración de autoridad, por pegada, por ambición, por la forma con la que encaró el duelo y más aún por el marcador, para aventajar en tres puntos a la segunda plaza del Mónaco y disparar hasta seis la diferencia sobre la tercera del equipo marsellés.
Todo empezó en el minuto 7. Joao Neves aprovechó un despeje del portero argentino para desnivelar el duelo y desatar la victoria, tras una jugada por la banda izquierda entrre Barcola y Nuno Mendes. Pura velocidad.
No sólo fue el 0-1 tan rápido, sino la expresión sobre el terreno de ambos equipos, con el juego trasladado al territorio local, donde el PSG se sintió menos inquieto y más desbordante. Ahí terminó de resolver el compromiso.
Expulsado Harit, por la plancha sobre Marquinhos a la altura del abdomen, con la duda siempre de si fue o no suficiente para la tarjeta roja, el 0-2 fue ya el fin para el conjunto marsellés, cuando Balerdi cedió un balón hacia Rulli cuando el portero estaba ya en otro lugar, anticipado al destino del pase desde la banda izquierda. La pelota terminó en la red, sin ninguna presión de nadie a su alrededor, con una pifia que lo condenó definitivamente.
En el minuto 40, Bradley Barcola prosiguió con su impactante temporada con el 0-3. El pase correspondió a Dembele. El extremo izquierdo sólo tuvo que remachar el gol. Su octavo tanto en doce encuentros en este curso, mientras aguarda a dos semanas vista un partido crucial en la Liga de Campeones contra el Atlético de Madrid en el Parque de los Príncipes.
No todo quedó ya que todo clásico cuando se gana significa una fiesta en París. Y lo hizo por todo lo alto en su vuelta rodeado de unos aficionados que arroparon a los jugadores como siempre lo ha hecho, haciéndose notar.
La excepción que hizo el PSG fue cuando la propia plantilla quiso formar parte donde jugadores como Marquinhos y Ahcraf Hakimi estuvieron más cercanos con sus fans. Incluso sorprendió ver a Luis Enrique sosteniendo una bengala mientras el público le vitoreaba como todo un ídolo de París.
En Francia se especula que ya habría renovado su contrato hasta 2027 y tiene confianza en que siga liderando el proyecto con el ansiado sueño de ganar la Champions League. De momento, la fiesta del clásico calma un poco la tensión de las últimas semanas. Ganar el eterno rival siempre es motivo de celebración, y para Luis Enrique esta vez fue un momento más especial que de costumbre.
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3h du mat’ : quel accueil ! ❤️💙 pic.twitter.com/ydXn48sT2O
— Paris Saint-Germain (@PSG_inside) October 28, 2024