(2-2) Javi López salva la cabeza de Muñiz

 

El Málaga necesitaba un resultado positivo para cambiar su dinámica. Una victoria, para ser exactos. Pero remontar un 2-0 en la situación en la que está supone un inmenso balón de oxígeno. Muñiz ha ganado algo de crédito. Al menos, hasta el próximo partido. La tónica del encuentro ha sido la misma de muchas tardes esta temporada. Ha merecido más, sí, pero le cuesta un mundo hacer un gol. Todo lo contrario que regalar ocasiones a los rivales. Parece imposible que el Málaga acabe un partido sin conceder, de forma inocente, unas cuantas. Se repitió en Tenerife y por ello no se volverá del Heliodoro con los tres puntos. La capacidad de reacción y el abandono del farolillo rojo durante un mínimo de 24 horas componen la lectura positiva. Está por ver si este empate significa el ansiado punto de inflexión que el Málaga no para de buscar y que aún no ha encontrado.

El Málaga comenzó bien, como casi siempre. Metiéndole intensidad arriba, adelantando la línea de presión y encontrando mucha salida por la derecha con Obinna. Así tuvo las primeras llegadas. El Tenerife firmó el plan de partido, replegó filas y aguardó a cazar una contra. No fue exactamente un contragolpe, pero el 1-0 llegó tras una ruptura por velocidad de Omar, que se coló por la izquierda entre Xavi Torres y Gámez y se la dejó a Román para empujarla. Se repetía por enésima vez el guión. El Málaga empujaba, creaba, ponía más fe y el rival se aprovechaba de un error para hacerle un gol. Da la sensación de que es muy fácil marcarle al Málaga. Eso y la falta gol son las grandes rémoras de este equipo. El 1-0 descolocó a los de Muñiz, que tuvieron unos minutos de pájara y volvieron a pagarlo caro. Alfaro fusiló a Munúa a tres metros de la portería. Otra vez la defensa mostró una pasividad alarmante y el rival, con muy poquito, tenía los tres puntos en la mano.

Pero este Málaga no está muerto. Llevamos escribiéndolo muchas jornadas. Un equipo sin alma no levanta un 2-0 fuera de casa. Duda y Obinna tocaron arrebato y se fueron a por la portería de Aragoneses, muy inseguro toda la tarde. El nigeriano volvió a ser el mejor malaguista. Le falta gol, es obvio, pero aporta muchísimo. Muñiz le ha encontrado un hueco en la banda y desde ahí está acaparando casi todo el protagonismo ofensivo. Tiene calidad y es rápido. De una arrancada se plantó delante de Aragoneses y erró en el remate, pero el rechace lo cazó Edinho, que esta vez, a puerta vacía, no falló. 2-1. 
Los de Muñiz no bajaron el pistón y siguieron cercando el área chicharrera. Se sucedía el peligro. Un remate al larguero, una ocasión de Edinho y otra de Baha se fueron al limbo. El Tenerife naufragaba y remaba casi sin fuerzas hacia el descanso.Muñiz sentó a Benachour y dio entrada al joven Javi López. El tunecino dejó todo lo bueno de su repertorio en pretemporada. El club apostó por él y desde entonces se ha diluido. Ni da consistencia en el centro del campo ni es capaz de imponer su calidad y hacer que el Málaga mande en los partidos.
Duda tomó el timón en el medio y el canterano se fue a la zurda. Y el Málaga cogió el partido por donde lo había dejado en el intermedio. Obinna portaba la bandera y detrás le seguía Duda. El luso no está del todo bien. Demasiado intermitente. Pero su calidad es indispensable en este Málaga. Tuvo el empate dos veces, pero no atinó. El fútbol suele ser caprichoso y ayer había predispuesto que fuese el día de Javi López. Stepanov le cedió un balón muerto en la frontal del área y el malagueño, de primeras, le dio el efecto justo para que la pelota entrase justita por el palo largo. Toque de calidad y media vida para Muñiz. El asturiano hubiese quedado en una situación crítica con la derrota. Encaró las bajas dejando en Málaga a Fernando y Cuadrado y jugándosela con la cantera. Y ha sido un chaval del Malagueño el que, por el momento, le mantiene en el puesto.

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