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(2-1) Munúa y Forestieri alegran las vacaciones al Málaga

Redacción local
    Málaga C.F. 2 11     R.C.D. Mallorca

Ya está aquí. La victoria que tanto anhelaba el Málaga ha llegado. Casi cuatro meses después, las sonrisas se suceden en el vestuario del Málaga tras un partido. Eso sí, con algo de fortuna, la que le ha faltado tantos domingos. El duelo del partido estaba en las porterías. Munúa y Aouate volvían a encontrarse. Y los metas decidieron el choque. Aouate falló por dos veces y Munúa estuvo inmenso. Las vacaciones serán relativamente tranquilas para Muñiz y su equipo. No ha sido un Málaga muy diferente al de los últimos partidos. Aguerrido, voluntarioso, algo espeso y, por una vez, con suerte. Todo se ve de otra forma en Martiricos. El primero que empieza una nueva era en La Rosaleda es Forestieri, junto a Munúa, el gran héroe de la tarde. 
Por primera vez en casi cuatro meses, el Málaga ha jugado un partido con los elementos a favor. Con pocos alardes, agarrado a su plan y a sus escuetos argumentos, Muñiz y su requipo han ganado, por fin, la batalla de los pequeños detalles. No hubo muchas ocasiones. Ni un fútbol agresivo con llegadas y brillantez. Pero sí oficio. El mismo que ha mostrado durante casi todos los partidos del campeonato. Trabajo, voluntad y fortuna, mucha fortuna. Pero no tanta como para compensar todo lo que le ha quitado al Málaga en lo que va de temporada. La suerte sigue muy en deuda con los albicelestes. Pero hoy le ha echado un buen cable. Casi el mismo que Aouate, que ha participado muy activamente en los dos goles locales. En el 1-0, salió a por un balón aéreo que se le escapó al chocar con un compañero. La pelota cayó a los pies de Fernando. Gol. Por segunda semana consecutiva, el Málaga volvía a jugar con el marcador a favor. No varió sus argumentos el equipo de Muñiz, que continuó presionando fuerte la salida de balón mallorquinista. Los de Manzano estiraron líneas y fueron ganando metros. Pero el Málaga no se arrugó y, como en Zorrilla hace siete días, se fue al descanso con ventaja. Esta vez, en cambio, lo hizo sin la sensación de haber perdonado la vida a su rival.
Árbitro
Ayza Gámez (Colegio Valenciano). Amonestó a Aduriz (39'), Gámez (59'), Forestieri (76'), Ayoze (86'), Nunes (90'), Obinna (90') y Josemi (90').
Formaciones
Málaga C.F.: Munúa; Manolo, Gámez, Iván, Manu (Luque, min.62); Apoño, Juanito; Fernando (Pedrito, min.75), Baha (Forestieri, min.67), Duda; y Obinna. 
R.C.D. Mallorca: Aouate; Josemi, Nunes, Ramis (Rubén, min.74), Ayoze; Julio Álvarez, Mario Suárez (Webó, min.81), Martí, Castro; Keita (Casadesús, min.72) y Aduriz.
 
GOLES
 Málaga C.F.: Fernando (24').
 R.C.D. Mallorca: Julio Álvarez (56').
 Málaga C.F.: Forestieri (76').
INCIDENCIAS
Partido correspondiente a la decimoquinta jornada de Liga de Primera División disputado en La Rosaleda ante unos 21.000 espectadores.

Manzano cargó todo el juego de su equipo a la cabeza de Aduriz, imperial en el juego aéreo. Pero el Málaga contenía bien las segundas jugadas visitantes. Hasta que se dejó un balón muerto en el área y Julio Álvarez, en acción similar a la del gol de Fernando, puso el empate. El drama acampaba de nuevo en Martiricos. El equipo bajó los brazos unos minutos. Pero el factor Aouate resucitó al Málaga. No le ha sentado nada bien al israelí revivir su incidente con Munúa, al que esquivó en el saludo inicial para no darle la mano. La Rosaleda la tomó con él al grito perenne y con sorna de "Munúa métele". Pedrito recuperó un balón en la derecha, se la dio a Obinna que la puso en el corazón del área y allí estaba Forestieri, ese ídolo prematuro que aún no había dado una sola alegría al malaguismo, para poner la cabeza. Aouate pisó mal, cayó al suelo y se tragó el remate. 2-1. La Rosaleda volvió a rugir como en los grandes días. Forestieri tuvo su rato de gloria. El que lleva buscando desde que llegó este verano y agradeció tanto cariño tomado por la pasión y quitándose la camiseta. Arrojándose a los brazos de la afición, que le adora. El Topa ha sido hoy el héroe de este Málaga que vuelve a respirar. Se acabaron los empates. Por fin llegó la victoria. La salvación está a un solo punto, Muñiz se comerá el turrón en paz y los dirigentes podrán buscar los necesarios refuerzos con el gesto algo más alegre. Falta mucho, sí, porque este Málaga es el mismo que acumulaba empates sin descanso. Pero la suerte y Aouate le han tendido la mano y le han levantado del suelo. Esperemos que para no volver a caer.

 

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