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Llega la hora del Mariscal en su campo fetiche

Las Navidades no fueron tan dulces como antaño en la brasileña Alvares Florence, localidad donde reside la familia de Weligton. El central blanquiazul no tenía demasiado que festejar, llegó a su país para pasar sus vacaciones como suplente del antepenúltimo de Primera. Pero en el horizonte veraniego de Brasil se divisaba Gijón como la panacea. Otra vez Gijón, pensaría Weligton. El defensa malaguista vuelve al once tres jornadas después en el que es, sin duda, su campo fetiche. Allí marcó su único gol como profesional del Málaga (de cabeza la temporada pasada) y
allí cuajó uno de sus mejores partidos con la elástica blanquiazul en la temporada del ascenso a Primera. Fue precisamente aquel duelo matinal retransmitido por Canal + el que le dio galones y prestigio en la categoría de plata.

El futbolista se ha mostrado muy concentrado durante toda la semana. Sabe de la importancia de no fallar nuevamente y que el equipo le necesita. Hasta hace tres semanas era un jugador indiscutible lloviera o tronara, pero la irrupción de Iván y el buen hacer de Gámez de central y de Manolo en lateral derecho dieron con sus huesos en el banquillo, lugar que no pisaba desde hacía seis temporadas. Mañana llega la hora, la hora del Mariscal Weligton en su querido Molinón.

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