Si el Málaga siguiera sumando de uno en uno durante todos los partidos que le quedan a la Liga, acabaría el campeonato con 35 puntos, una cantidad innecesaria para permanecer en Primera. Es el desequilibrio de las victorias de tres puntos, que devalúan las igualadas. Hasta el momento, con siete partidos acabados en tablas (más de la mitad de los puntos cosechados), el Málaga es el rey del empate en Primera con el permiso del Valladolid, que suma idéntico número de igualadas. Pero no es éste un dato positivo aunque arroje destellos curiosos como lo es, por ejemplo, que el equipo de Muñiz haya perdido los mismos partidos que el séptimo, el ‘EuroGeta’. A partir de ahí, ya es cómo se quiera ver la botella, si medio vacía arguyendo que el Málaga sólo ha superado a dos equipos de los 16 a los que se ha enfrentado o medio llena argumentando que el cuadro blanquiazul suma más de dos meses sin conocer la derrota.
Los más añejos del lugar recordarán que el Málaga de Viberti ya fue rey del empate en los setenta con una racha de igualadas impresionante. Sin embargo, las victorias valían entonces dos puntos y empatar tenía mucho más valor. Ahora, lamentablemente para el Málaga, empatar es una renta exigua.
