Atlético de Madrid | 0 | 2 | Málaga C.F. |
0-1, minuto 3. Duda, tras un sensacional pase de Gámez.
0-2, minuto 70. Javi López, tras un mal despeje de Perea.
El Málaga ha desatascado el partido por los costados. Allí encontró dos agujeros, uno en cada banda, y Muñiz ha dispuesto a sus ejércitos para castigar los flancos del rival. Gámez, siempre profundo, ha ridiculizado a Antonio López (parece increíble que el colchonero haya sido internacional y el albiceleste no esté ni en las quinielas de Del Bosque) en un balón largo, ha levantado la vista y la ha puesto perfecta al segundo palo. Allí estaba Duda para fusilar a De Gea. Sólo iban cuatro minutos de partido y el Málaga ya tenía al Atlético contra las cuerdas y al Calderón preparado para iniciar el concierto de silbidos.
Con el centro del campo bien blindado, el Málaga se ha limitado a verlas venir. Camacho y Tiago no son Guti y Kaká, de modo que los apuros han sido escasos. El Málaga ha manejado a su antojo el timón del partido. A este Atlético con exceso de grises sólo le saca de la vulgaridad el genio de Forlán y Agüero. El primero ha estado desdibujado, perfectamente tapado por los centrales malaguistas. Iván sigue creciendo por días y Weligton ha vuelto ha ejercer de forma imperial. El brasileño ha recuperado todos sus galones. Del Kun ha tendio que tirar Quique tras el descanso. Le había reservado pensando en la Copa. Su presencia en el campo ni se ha notado.
La tropa de Muñiz había agarrado con el puño el partido en el minuto cuatro y no lo ha soltado hasta el final. Ordenado, generoso y atacando siempre por uno y otro costado, especialmente por el derecho. Antonio López se ha llevado para casa un traje digno de las fiestas más glamourosas.
Baha se ha aprendido bien la lección en el banquillo y cuando ha salido ha ido directo a por el tesoro. Desde la derecha, donde Quique ya había cambiado a López pero la autopista seguía abierta, se ha sacado un centro que Perea no ha acertado a despejar y... ¡gol! Javi López aprovecha bien cada minuto que tiene. La cantera no se harta de exigir protagonismo. Con el Calderón abochornado y la música de viento en pleno apogeo, los pupilos de Quique lanzaron un timidísimo arrebato. El Málaga no ha sentido el más mínimo daño. Su puñetazo en la mesa ha retumbado en toda la Costa del Sol. Lleva semanas lanzando mensajes de solvencia vital y en el Calderón se ha puesto definitivamente en pie. La penitencia será larga, pero así seguro que se hará mucho más llevadera.