El Málaga-Deportivo también tuvo una historia paralela en las gradas de La Rosaleda. La misma acabó con un aficionado malaguista reducido y teniendo que identificarse ante las fuerzas del orden. Su infracción: agredir con un bombo a un agente que vela por la seguridad del estadio. El impacto del mismo fue bastante aparatoso, hasta le hizo sangre al trabajador que se ha marchado del estadio para ser atendido por los servicios médicos del Hospital Civil y plantearse emprender acciones legales contra su agresor. Éste, a su vez, después de haber sido identificado por la Policía Nacional, que levantó acta de lo sucedido y lo puso en conocimiento de antiviolencia(se trata de un miembro de la Peña Málaga C.F.), fue puesto en libertad y está a la espera de la posible denuncia del agredido. Según la gravedad de las lesiones, el delito podría ser penal.
