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(1-1) El Málaga le saca media hora a Segunda

Redacción local
    Málaga C.F. 1 1     Real Sporting

 

 
Caicedo empató de tacón. La Rosaleda gritó al unísono. El Málaga fue una piña. El banquilló explotó de alegría... Era el empate ante el Sporting. Otro más. Parece imposible despegarse del descenso. De hecho, ya sólo le sacamos media hora.
Cuando importa más el qué que el cómo se crean movimientos que desplazan montañas. Quizás en Málaga gusta más el fútbol que el Málaga y quizás por eso hubo que esperar hasta hoy para ver a La Rosaleda sin sillas vacías. Pero días como éste son los que aparecen en los titulares de la historia. 1 de mayo, día del trabajo, del sufrimiento... ¿De la permanencia o del descenso? ¿Qué vale más? El punto que consiguió el conjunto de Muñiz gracias a un taconazo milagroso de Caicedo o los dos que se escaparon entre las manos de los 30.000 malaguistas que vinieron a la cita. Habrá que esperar. Otra vez... 
Árbitro
Iturralde González (Colegio Vasco). Amonestó a Botía, Gámez, Morán, De las Cuevas, Barral, Lora, Sastre, Caicedo, Juanito, Juan Pablo y Carmelo.
Formaciones

Málaga C.F.: Munúa; Jesús Gámez, Iván, Juanito, Mtiliga (Luque, min.61); Toribio; Fernando (Obinna, min.46), Apoño (Caicedo, min. 66), Benachour, Duda; y Baha. 
Real Sporting: J. Pablo; Sastre, Botía, Gregory, J. Ángel; Camacho, Rivera; Lora (Bilic, min.82), L. Morán (De las Cuevas, min.76), D. Castro (Carmelo, min.73); y Barral.

goles

 
0-1. Minuto 43, Apoño (p.p.).
1-1. Minuto 79, Caicedo.

INCIDENCIAS
Partido correspondiente a la 35ª jornada de Liga disputado en La Rosaleda ante unos 28.000 espectadores.

Sí, había que ganar y el Málaga lo sabía. Por eso salió e hizo una de las mejores medias horas de la temporada. La pregunta de por qué no siempre se ha jugado así se acallaba por la importancia de la cita. La gente se dedicaba a animar y el equipo, a jugar. Presionaba, triangulaba, controlaba la estrategia y la posesión. Llegaba y remataba. Sólo faltó el gol, que no las ocasiones. Fernando falló a dos metros, Benachour pegó en el palo y el gol de Iván lo evitó Barral sobre la línea. Málaga era el rey de la montaña. Parecía que el Sporting estaba muerto...
Pero jugando con Apoño tocadísimo, con Benachour sin gasolina, con Toribio multiplicándose, las fuerzas son las justas. Camacho pegó en el palo y la moneda se volteó. El Sporting resucitó, o fue resucitado, y se puso por delante a la salida de un córner que remató Camacho y dio en Baha antes de batir a Munúa. Era un saldo injusto, pero se equivocaba el Málaga si pretendía cobrarle al fútbol su buen juego. A estas alturas ya no tocaba.
Desesperado, el Málaga salió con la cara partida tras el descanso dispuesto a partírsela aún más. El encuentro se igualó hasta el extremo y Muñiz metió paulatinamente pólvora en el campo. Salieron Obinna, Luque y Caicedo y el equipo se simplificó. Era lo que pedía el encuentro. Balones a las bandas, centros al área, rechaces y rezos. El Málaga de siempre. El que no gana, pero empata. El que pelea, le pintan la cara, pero siempre suelta un derechazo desesperado. En esta ocasión fue Caicedo, que tras otro saque de esquina y otro barullo (hábitat perfecto de este equipo) sacó una coz que se coló en la red. Era el empate, la esperanza, la sentencia. To be continued...

 

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