Surrealismo puro el que se vivió en los minutos previos al partido de Getafe. La lesión en el calentamiento de Juanito obligó a Muñiz a mover ficha. A un cuarto de hora para el inicio del partido, mandó intensificar el calentamiento de Dani Orozco y tuvo que completar su banquillo con Manu Torres, que había acudido por su cuenta a Madrid para presenciar el partido junto a los no convocados, lesionados y sancionados. Estos jugadores, que se costearon su viaje para estar en Madrid, llegaron a la capital de España poco antes de las 17:00 horas tras entrenarse por la mañana en el Anexo y estuvieron en el banquillo durante el calentamiento del equipo. Fue entonces cuando el lateral izquierdo blanquiazul recibió la comunicación de que tendría que cambiar el vaquero por el chándal para ocupar la vacante en el banquillo pese a no haber estado en la concentración de seis días que el equipo desarrolló entre Bilbao y Madrid. Manu, que tuvo que tomar prestadas las botas de Juanito, llegó incluso a calentar en la banda del Alfonso Pérez durante la primera parte por unas molestias de Stepanov.
El día anterior se produjo otro capítulo impropio de un equipo profesional. Competición retiró la amarilla que vio Munúa en San Mamés y que le acarreaba sanción. La noticia causó tremenda sorpresa en el cuerpo técnico y en el propio jugador, que desconocía que el club había alegado y recurrido a su amonestación. Munúa había regresado a Málaga el jueves junto con Iván y Valdo, también sancionados, pero tuvo que coger en la tarde noche del viernes un AVE hacia Madrid para reincorporarse a la convocatoria. Inaudito.