se la juegan. La afición rojilla anda algo disconforme con su equipo y no parece muy dispuesta a pegarse toda la temporada en el alambre. Pandiani tiene tocado un gemelo, pero todo apunta a que jugará. No habrá tregua para la pareja Kris-Weligton.
Pero si en Pamplona hay presión, más tiene Jesualdo Ferreira. Su equipo continúa volando bajo, con el aparato defensivo plagado de goteras, el mediocampo, entre las lesiones y la falta de adaptación de Sandro Silva, bajo mínimos, y la delantera huérfana sin Rondón. Esta tarde sí tendrá a Eliseu, al que echó mucho de menos ante el Madrid. El luso y Quincy liderarán las alas blanquiazules y deben ser los bastiones ofensivos de Ferreira. La sala de máquinas volverá a ser circunstancial con Apoño fuera de combate y Duda aún pegado al televisor. Edu Ramos podría repetir como titular junto a Fernando y Juanito. Un trivote completamente distinto al teórico titular (Sandro Silva-Apoño-Duda).
Juego directo frente a velocidad y pegada. Así se escribe el prólogo del partido. El Málaga debe imponer su velocidad y explotar los espacios. Tendrá superioridad numérica en la medular. Pero debe empezar a ganar el partido dominando las alturas. Si es capaz de frenar el juego aéreo rojillo pondrá en su terreno el partido, fundamental no sólo por la necesidad de puntos sino también para espantar fantasmas. En el fútbol todo se arregla con victorias.