Pero el colegiado no titubeó y enseñó al portugués el camino del vestuario. Un camino que, por desgracia para él, ha enfilado ya en demasiadas ocasiones. Luego, en el acta, ha indicado que le expulsó "por propinar un codazo en la cara de un adversario sin estar el balón en juego". Las imágenes de televisión demuestran que la acción no fue como la relata el trencilla en el acta.
En los últimos dos años, Eliseu ha visto cuatro tarjetas rojas por acciones similares. Sólo una de ellas, la de la temporada pasada en Vallecas, se puede considerar justa a todas luces. Otras anteriores ante Villarreal y Almería por sus roces con Marchena y Juanma Ortiz fueron desproporcionadas.
Lo que está claro es que al rapido futbolista portugués le han cogido la matrícula. Cada gesto suyo se mira con lupa y los árbitros no parecen dispuestos a pasarle una. Sus continuos aspavientos y sus reiteradas protestas le han granjeado una mala fama que le está pasando una factura demasiado cara.