F. Godoy IIIGanó el Málaga, con diez buena parte de la segunda mitad, sufriendo ante un combativo Mallorca que hizo méritos para empatar. Los abrazos de algunos jugadores al final, sus caras desencajadas después de 93 minutos de acoso, traducen el choque. Lo importante era sumar la primera victoria liguera de 2013 y mirar la clasificación desde el trono de la Champions.
No se recuerda un partido en el que el Málaga obtenga una ventaja de dos goles por dos veces y haya tenido que pedir la hora. Pero fue así. Pellegrini experimentó y no resultó, pero su apuesta huele a una idea futura. Eso sí, debe encontrar el cable que se le desconecta al equipo con rivales de la zona baja.
Entró el Mallorca bien posicionado en el campo, más enchufado y tratando de incomodar la salida del balón malaguista. Hasta ganó un par de veces la espalda a la novedosa zaga de Pellegrini. Dos acercamientos peligrosos, sobre todo el segundo, culminado por Giovani con una vaselina que se marchó alta por poco. Pero el gozo apenas le duró diez minutos. Lo que tardó el Málaga en abrir la lata. Isco colgó una falta lateral en las entrañas del área. Un mal despeje de Geromel llegó a Saviola, que armó el disparo y batió a Calatayud.
El Mallorca no se hundió y continuó con su plan inicial, pero el Málaga ya se empezaba a sentir cómodo moviendo el balón como sabe. En ese escenario, los blanquiazules se manejan mejor. Aprovechando el ida y vuelta, armó una jugada de manual. Santa Cruz cayó a la izquierda, la aguantó hasta que un activo Monreal apareció por el extremo. El lateral puso un centro al segundo palo. Allí apareció Isco, que la puso con el interior en una volea exquisita. 0-2 y el estadio comenzó a pitar a los suyos.
El partido estaba precioso. El Mallorca intentó achuchar y avisó de nuevo con un disparo de Kevin de fuera del área. La respuesta fue contundente. Una doble oportunidad del Málaga. Primero Santa Cruz pecó de generosidad y luego Toulalan forzó un córner con un disparo franco desde la frontal.
El Málaga era dominador del partido, pero el Mallorca tenía veneno. Giovani encontró en la espalda de Sergio Sánchez un filón y dio un pase a Hemed. Les falló precisión a ambos. Pero a las señales hay que prestarles atención. El lateral catalán perdió un balón, Giovani la colgó en el área, Hemed la bajó del cielo y Víctor la remató con violencia. No anduvo fina la defensa, no.
Así que el Mallorca se centró en buscar el flanco derecho, por donde el Mallorca entraba como cuchillo en mantequilla. Hemed falló en el remate. De repente, el Málaga no era capaz de hilvanar pases. Aturdido pese a ir por delante en el marcador y rendido a las diabluras de Giovani. Y para remate de la primera mitad, un libre indirecto en el área del Málaga, cortesía de Velasco Carballo. Giovani la mandó fuera, pero lamió el primer palo.
Pellegrini decidió no hacer cambios y seguir confiando en su apuesta inicial. Seguía faltando frescura e ideas claras en el Málaga, todo lo contrario que el Mallorca. Corría el tiempo y el conjunto malacitano seguía a merced del Mallorca. Sin apuros excesivos, pero con una extraña sensación de desazón.
Pero el Málaga tiene una calidad en sus hombres que le permite respirar cuando falta aire. Porque el gol de Monreal llegó cuando el balón más quemaba a los blanquiazules. Su latigazo desde fuera del área tuvo la contundencia del equipo grande.
Resultaba admirable ver cómo el Mallorca seguía mirando de frente al Málaga, cuando lo normal hubiera sido entregar las armas. Al fin llegó un cambio de Pellegrini. Eliseu ocupó la vacante de un exhausto Saviola y modificó el dibujo.
Había partido pese a todo. Giovani marcó una falta directa, imposible para Willy. E inmediatamente después Velasco expulsó a Demichelis. Pellegrini se olía la tostada y reaccionó poniendo a Camacho y sentando a Isco. Un blindaje obligatorio.
El empate sobrevolaba el Iberostar. Alfaro dio un pase espectacular a Víctor, aprovechando que Lugano estaba desubicado una vez más. Willy la salvó, aunque se llevó un pequeño golpe del delantero bermellón.
El Málaga estaba muy angustiado, pero tuvo arrestos para montar una buena contra en la que Portillo asistió brillantemente a Roque. El paraguayo disparó fatal. Así que Pellegrini, con un ojo en el cronómetro. Metió a Iturra por el paleño. Un minuto y el extra para saborear los tres puntos.
Geromel la tuvo en una falta botada desde el centro del campo que nadie logró despejar antes. Murió el Mallorca en el área del Málaga, Calata incluido. Velasco Carballo pitó el final cuando Eliseu iba a por el balón para meterse en la portería balear. No hacía falta. Abrazos y felicitaciones de los jugadores, después de sufrir como pocas veces se ha visto al Málaga este año. Respiraron de alivio. Eso dice lo que fue el partido.