Por ejemplo, en el Pepa y Pepe II (Luis de Velázquez, 2), donde su dueño, Antonio Sánchez Alijo, malaguista de pro, decidió hacer una paella gigante y regalar un plato a cada aficionado que luciera una camiseta del Málaga. Y así estaba el bar dos horas antes del partido, repleto en su interior y su terraza con camisetas blanquiazules.
El club esta vez no se animó esta vez a realizar iniciativas para crear ambiente antes del duelo. En la era de Fernando Sanz y José María Arrabal en el departamento de márketing se organizaron desayunos colectivos en aquellos partidos matinales en los que se jugaba el ascenso a Primera División. Molletes de Antequera y chocolate con churros fueron entonces el menú.
Al menos, en Pepa y Pepe II, sí hubo oportunidad de disfrutar de paella gratis, más su clásico surtido de frituras y platos de todo tipo. El objetivo era calentar motores y celebrar con un "oleeeeee" el triunfo del Málaga ante el Levante.