Tenía una espina clavada Saviola con la Liga española. Por eso ha vuelto. Para quitársela aunque pierda dinero. Es su tanto número 63 en la élite española, donde no lograba hacer un tanto desde 2008. Fue en Getafe con la camiseta del Real Madrid. Su partido fue muy completo, su olfato y su gol era el veneno que le faltaba al equipo. Es la guinda del pastel, o la guindilla por su picante y menudo tamaño.
Pero Saviola no solo anotó. También asistió a Joaquín en el segundo tanto del partido. El Conejo se sacó de la chistera un pase filtrado que materializó el del Puerto, que le señaló en la celebración, dedicada a Baptista. Saviola se ofreció, se movió y dio una prestación que necesitaba su equipo. Después, extenuado, fue suplido entre una gran ovación por Santa Cruz en el minuto 68. El paraguayo también se estrenó, aunque apenas tuvo opciones. Ambos ya se han ganado a La Rosaleda, sobre todo el Conejo, que ha salido de la chistera para poner la guindilla que faltaba.