Shatat, en un alarde de espontaneidad, incluso lanzó varios besos a unos hinchas enfervorizados que estaban asistiendo a un momento histórico. El 0-3 fue una causa común de alegría y el jordano, efusivo e impulsivo, así lo demostró. Estaba feliz, no hay más que verle en la foto.
El de Bélgica fue el segundo viaje del directivo blanquiazul tras desplazarse hace unos días a Bilbao. Y dejó muchas imágenes curiosas, como la del entrenamiento del martes charlando de una forma agradable con el director deportivo, Mario Husillos. Al mediodía almorzó con la directiva del Anderlecht, con la que se intercambió presentes. Después, tras el partido y su curiosa celebración, se mostró muy sereno camino del avión, cenó algo en un Starbucks del aeropuerto de Bruselas y no dijo que no a ninguna foto que le pidieron los aficionados que viajaron con el equipo.