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Falcao frena al SuperMálaga

Redacción local

El Málaga ha probado la amarga hiel de la derrota. Fue de manera fea y sin tiempo de reacción. Cruel en forma y tiempo. Porque el equipo, extenuado por los esfuerzos reiterados de estos dos meses, dio todo lo que tenía sin nunca traicionarse. Pero no hay remedio para frenar a un tipo como Falcao, decisivo como acostumbra. Cuando no marca, arrastra al rival, se lo lleva por delante como sea.

Reclamó falta el Málaga en la acción que desequilibró el marcador. Pudo ser. O no. Ya no cuenta y sólo queda lamentar la derrota pero celebrar los arrestos que tiene este equipo. Perder no puede esconder el terrible esfuerzo del Málaga, que dio todo lo que tenía. Y quien da todo lo que tiene... En fin, que esto es el fútbol y no queda más que aceptar sus caprichosos veredictos.
 
 

Crónica on-line
Árbitro
Pérez Lasa (Colegio Vasco). Amonestó a Filipe Luis, Arda, Camacho, Iturra, Mario Suárez, Falcao. Monreal.
Formaciones
Atlético de Madrid: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe Luis; Mario Suárez; Adrián (Raúl García, minuto 68), Emre (Cebolla Rodríguez, minuto 59), Arda; y Falcao. 
Málaga CF: Willy; Gámez, Demichelis, Weligton, Monreal; Camacho, Iturra (Recio, minuto 59); Joaquín, Isco (Portillo, minuto 77), Eliseu; y Santa Cruz (Saviola, minuto 46).
Goles
1-0, m. 6: Falcao, de cabeza. 
1-1, m. 35. Santa Cruz, de cabeza. 
2-1, m 90. Weligton, en propia puerta.
Incidencias
Vicente Calderón. Ante 45.000 espectadores.

Falcao es una mala bestia, un futbolista superlativo capaz de aguantar el pulso goleador a Messi y Cristiano. Cinco minutos de imprecisiones y agobios para el Málaga coronados con tanto del colombiano. Emre metió un centro medido al corazón del área y Falcao entró por detrás ganando la partida a Monreal, que no supo por dónde le llegaba el peligro. Cabezazo y un nuevo escenario para el Málaga, que se había acostumbrado a que nadie le tosiera.
Sinceramente, no fue fruto de ninguna casualidad. Entró intenso y agresivo el Atlético y se vio una cara nerviosa del Málaga casi desconocida en estos últimos tiempos. Aunque poco a poco fue ganando campo y posesión, los de Pellegrini no terminaron de verse cómodos. La prueba, de todos modos, era apasionante para el Málaga.
Y costó errores (y horrores) asentarse en el campo, poder poner sobre la mesa el estilo Pellegrini para comenzar a competir. Hasta el minuto 33 no se asomó el Málaga. Por fin algo semejante a una combinación que terminó con un disparo potente de Camacho de lejos que Courtois detuvo en dos tiempos. Eso desesperezó al Málaga.
Monreal se animó a subir de nuevo su carril y compensó el fallo del gol atlético. Metió un centro al primer palo. A falta de Saviola, el Málaga contaba hoy con un rematador para balones aéreos. Santa Cruz, que tiene más mili que el Capitán América, se adelantó a sus marcadores, apareció en el primer palo y la clavó con pericia. Un tanto para enseñar en las escuelas, no por su estética sino por su academicismo.
Se fue el partido al descanso con la igualada y lo mejor que se puede extraer, puesto a sacar una primera conclusión, es que el Málaga supo domar al Atlético, cuyo ímpetu fue tremendo, cual caballo desbocado. Pellegrini y los suyos fueron ellos mismos y supieron sufrir. La cicatriz de Falcao se convirtió en un motivo para apretar los dientes sin traicionarse. Eso tiene mucho mérito.
Pellegrini movió ficha y dio entrada a Saviola por Santa Cruz. También salió más intenso, necesario para la ocasión viendo el empuje colchonero, que siguió amenazando. Sobre todo porque tiene un delantero top como Falcao, una pesadilla.
De nuevo la sensación de que el Atlético podía marcar en cualquier momento se instaló en el campo, mientras el Málaga sufrió para varios pases seguidos. Iturra, con tarjeta y fundido, fue sacrificado por Pellegrini. Recio entró de refresco para tener una bala más en el medio si era necesario meter la pierna (Camacho también andaba amonestado).
Ambos equipos, o mejor dicho, varios jugadores de ambos bandos, comenzaron a dar muestras de agotamiento. Simeone optó por sacrificar a Adrián y compensar la carencia física con el músculo y la llegada de Raúl García. Pellegrini se guardó el as que le quedaba. A pesar de las acometidas atléticas, el Málaga estuvo a punto de adelantarse. Demichelis salió en plan imperial de un área a otra y se la dejó a Isco. El mediapunta probó fortuna de lejos, pero el disparo se marchó alto. Fue lo último que hizo. Unos minutos más tarde el Ingeniero apostó por Portillo en lugar de él. Todo entre córner y córner del Atleti, que seguía empujando al Málaga hacia Willy. Al final llegó el tanto Atlético, merecido realmente. Aunque llegó de la manera más cruel y fea posible. Una falta dirigida al área que Miranda metió en la olla. Falcao se abalanzó sobre Weligton y el brasileño la introdujo de mala manera y sin querer. Pero entró, que es lo que vale. Se tiró el Málaga a los dominios de Courtois con el corazón y tres minutos por delante de prolongación. Nada que hacer. Tocaba probar, dos meses después, el sabor de la derrota. Nada que objetar, pero tampoco nada que reprochar.

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