Objetivo cumplido

Antonio Gallardo IIINi el frío, ni las rotaciones, ni el tener ya la clasificación garantizada pudieron frenar a este camaleónico Málaga que queda hechizado cada vez que oye los acordes de ese maravilloso himno de la Champions. Los suplentes superaron con nota el examen y Santa Cruz fue el faro en la rebelión de los enanos. Buonanotte y Seba pusieron nombre y apellidos a la quinta conquista europea de este histórico Málaga. Pellegrini y los suyos vuelven a casa con la primera plaza en el bolsillo.

Arrancó el Málaga cediendo la pelota. Las urgencias estaban todas en el bando ruso. Pero la falta de presión aligeró las piernas a los de Pellegrini. El Ingeniero blindó su eje central con Toulalan y Camacho para ahogar el tremendo poderío ofensivo de Spalletti y los cuatro de arriba, ansiosos de protagonismo, volaban cada vez que robaba el Málaga. Así se fraguó el 0-1. Una contra con balón al espacio para Seba, un movimiento exquisito de Santa Cruz, que la dejó pasar, y recorte y definición de Buonanotte en el corazón del área. De manual. Suplentes reivindicándose a lo grande, con Europa y todos los millones de Gazprom por testigos. Un minuto después, Malafeev se pegó un tiro en el pie. El meta ruso erró en la entrega y Santa Cruz regaló el gol a Seba. Otra ejecución fulgurante y otro buen detalle del delantero centro paraguayo en su primer gran partido como malaguista.

Sin el dominio del balón, sin esa tensión propia del que le va la vida en el partido, con jugadores faltos de continuidad, el Málaga también se mueve de vicio. Así manejó el primer tiempo. Tocó cuando pudo, cerró filas con una tremenda personalidad y limitó daños al máximo. El arreón del Zenit llegó sobre la bocina del entreacto. Danny, Hulk y compañía encontraron una rendija que, como casi siempre, tapó Willy Caballero con una de sus estiradas imposibles a mano cambiada.
El chaparrón continuó tras el descanso. Con la soga al cuello y un equipo plagado de estrellas, el Zenit tocó a rebato y Danny acortó distancias nada más abandonar el vestuario. Un minuto después probó el antídoto de Willy, que le sacó una buena mano. No pudo el argentino frenar en el cara a cara a Kerzhakov, pero su aura desvió el remate a puerta vacía del exsevillista. A partir de ese error, el Málaga volvió a abrocharse el cinturón de seguridad y niveló el partido. Asomó Toulalan y la presencia malaguista se multiplicó. Tras un robo del francés, Portillo sirvió la puntilla a Buonanotte, pero le falló la precisión a la zurda del Enano. Danny lo agradeció para seguir liderando la causa rusa y Spalletti revitalizó el partido dando entrada a Fayzulin y Bystrov. El portugués, en posición dudosa, falló estrepitosamente debajo de portería, pero el rechace llegó a la frontal y Fayzulin no fue tan generoso. El Zenit se volcó a la desesperada en busca de un triunfo que le mantuviese con vida y el Málaga cazó un par de contras pero Santa Cruz y Buonanotte, casi extenuados, perdonaron la victoria. Voló medio millón de euros, pero el objetivo está cumplido. El Málaga sigue haciendo historia y certifica su primera plaza en el grupo.