"Hace muchos años desde que debuté con esta camiseta. Era un Málaga difícil, un Málaga en el que la situación el equipo no era muy postiva. Son seis temporadas con esta, viviendo un sueño de disputar la Champions con este equipo", comentó con cierto aire melancólico, pero insiste que le queda un reto: "Quería ganar un título. Soy completamente feliz en Málaga, me siento realizado, pero no estaría mal acabar mi carrera con un título. El Málaga y yo hemos crecido juntos, jamás pensé que estaría tantos años en el mismo club. Ésta es la primera ciudad en la que estoy cómodo lejos de mi pueblo. Ojalá pueda estar muchos años más".
Por raro que parezca, a Weligton jugar en Europa no le ha llenado tanto como otro logro clave en la historia del club: "El ascenso fue más bonito que alcanzar la Champions. Fue un año muy difícil, con un equipo hecho para no descender, con la Ley Concursal, con 11 fichajes... Ganamos los siete primeros partidos y luego llegamos muertos al final, pero logramos conseguir el ascenso. La alegría de las familias, de la afición, de los empleados del club... Fue un momento muy especial".
Aunque está claro que este curso es mágico para él, soñando además con repetir logro: "Para nosotros ahora lo más importante es la Liga, queremos estar el próximo año en la competición europea. Para ello habrá que superar los 60 puntos". Anuncia que irán a por todas ante el Sevilla y el Madrid "no sólo para tener más vacaciones, sino porque las plazas van a estar más caras".
Confiesa el hombre del brazalete que están en un momento dulce y que al equipo le encanta "ver a la afición disfrutando. Ojalá que esto continúe mucho tiempo más".
Los malaguistas disfrutaron, y de qué manera, ante el Granada. Weligton estuvo a punto de marcar. Se lo robó Camacho: "Veo la jugada y cada vez tengo más dudas. Pero lo importante es que el equipo ganó el partido. Seguimos peleando todavía los dos por ver quién marcó el gol". Y se echó a reír.
Asume que otra de sus fantasías, vestir la camiseta de Brasil, es prácticamente imposible. También soñó con jugar algún día en el Santos, pero ahora se ve en el Málaga mucho más tiempo. Incluso, se plantea seguir viviendo en la Costa del Sol cuando cuelgue las botas. El consenso familiar será clave. De momento, está tramitando su pasaporte español.
Pero aún falta mucho para ese día y Weligton mira al presente. Y lamenta ver a un amigo sufrir por las lesiones. Habla de Baptista: "Siempre es difícil regresar después de una lesión tan grave. Es muy fuerte, todos lo sabemos, y tiene una gran masa muscular. Baptista tiene muchísimas ganas de volver. Cuantas más ganas tiene, peor va y hay momentos en los que te bloqueas mentalmente y eso también afecta. Está trabajando muchísimo y ojalá tenga suerte y pueda volver pronto. No sé exactamente lo que tiene, sé que ha sentido una nueva molestia y un nuevo dolor, se ha hecho una resonancia para saber exactamente qué es lo que hay pero insisto en que la parte psicológica es muy importante en situaciones así".
Weligton reza por tener la fortuna de sus últimos años y no sufrir nada similar: "Me encuentro muy bien, muy contento de poder contar con continuidad en el equipo y espero seguir disputando el mayor números de partidos posible. Ojalá las lesiones me sigan respetando a mí y también a mis compañeros".
Weligton aguantó con estoicismo algunas bromas, aunque contó alguna de las que le gastaba el vestuario a Benachour. Joaquín envió una simpática pregunta para él y tuvo que enfrentarse a un miembro del gamberro 'Komando Aliquindoi'. Todo con su habitual simpatía. Porque Weligton es un tipo normal que hace cosas de gente normal: "Hay una cafetería abajo de mi casa y vamos allí a ver los partidos, tengo amistad con el propietario y allí la gente juega al dominó la gente mayor y cuando falta alguien me apunto". Más claro...