El grupo blanquiazul viajó en vuelo chárter con Manuel Pellegrini a la cabeza y con los consejeros Martín Aguilar y el eterno Ben Barek, que se estrena en un desplazamiento como directivo, al frente de la expedición. Acompañan al equipo apenas diez aficionados pese a la promoción que puso en liza el Málaga al regalar el viaje a los niños que se desplazaran acompañados por un adulto. Sólo dos pequeños disfrutaron de ese obsequio de Reyes.
El Málaga queda hospedado en el Hesperia Finisterre, cercano al ayuntamiento coruñés, y no en el clásico María Pita, donde siempre ha solido hacerlo. El regreso será tras el partido de Riazor, que da comienzo a las 20:00 horas. Los jugadores malaguistas podrán llegar a casa justo antes de que lo hagan los Reyes Magos de Oriente.