En lo que va de 2013, la afición blanquiazul sólo ha saboreado el sufrido triunfo en la vuelta de los octavos de Copa ante el Eibar. Lo demás, dos derrotas ante el Barça, una en Copa y otra en Liga, y sendos empates ante Celta y Zaragoza. Registros muy negativos aliviados únicamente por la victoria ante el Mallorca.
Durante la primera vuelta, las derrotas ante Rayo y Real Sociedad y el empate frente al Mallorca se llevaron al limbo otros ocho puntos. Repetir plaza entre los cuatro primeros de la Liga exige una mayor contundencia en La Rosaleda. El Málaga debe poner fin a esta sangría si quiere mantener sus expectativas de Champions para la próxima temporada.