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La mañana de la 'Bestia'

Redacción local

Día atípico en La Rosaleda. El Málaga jugó en un horario que no cataba desde su última temporada en Segunda División. El madrugón y la coincidencia con el partido del Unicaja en el Carpena no impidieron que La Rosaleda exhibiera la buena cara de siempre.

Gran ambiente para la que podía ser la mañana de la 'Bestia'. Baptista volvió a sentirse futbolista 16 y casi 500 días después. Su sola presencia bien valía poner el despertador.
 
Ya en los prolegómenos la afición confirmó que ansiaba el retorno del brasileño. La megafonía lo nombró entre los suplentes y el estadio rugió. Los vítores crecieron cuando Pellegrini ordenó que calentara y subieron de decibelios al ser llamado para despojarse del chándal. La Rosaleda estalló cuando en el minuto 70 saltó al césped. Cánticos de "Julio Baptista" y aplausos en todas las acciones en las que participó. Baptista quiso agradar, pero se le vio carente de ritmo. Al menos, ya está de vuelta.
La Rosaleda también envió todo su cariño a Martín Demichelis. Fatal semana para el argentino, cuyo padre Juan Carlos Demichelis falleció el pasado jueves en un accidente de coche. Esto motivó el viaje a su país de 'Micho', quien tampoco podía disputar el choque por la roja que vio una semana antes frente al Mallorca. Hubo minuto de silencio y la grada coreó su nombre. Al instante, un emocionado Demichelis agradecía vía Twitter el gesto de los hinchas.
No ocurrió igual con Apoño. División de opiniones en el repaso a los onces y pitos durante 90 minutos. El de La Palmilla, que se enfrentó a su ex equipo por primera vez, fue silbado cada vez que tocó la pelota. Su particular relación con el malaguismo terminó por deteriorarse hace año cuando protagonizó una gresca en la grada. Apoño cuajó un buen encuentro. Evitó un gol de Isco bajo palos y a punto estuvo de marcar de falta. Una de ellas fue al palo y otra casi lamió el larguero. En otra  le puso un balón de gol a Postiga que salió desviado. Pese a los pitos, Apoño volvió a sacar carácter pidiendo cada falta e interviniendo siempre.
La Rosaleda presentó una gran entrada. Pese a la marcha de Monreal y el varapalo sufrido por el plantel esta semana, el malaguismo acudió a su cita como cualquier tarde. No se lo perdió ni Antonio Banderas. El actor lo vio desde el palco.
Pudo comprobar uno de los malagueños más ilustres el infame césped que hay en Martiricos. Pellegrini se quejó amargamente hace semanas y terreno, por contra, está peor a cada partido que pasa. Un césped que no ayuda al fútbol del Málaga y que por su inestabilidad resulta peligroso para los futbolista, que no pararon de caerse. Eliseu sufrió un mal resbalón que pudo provocar su lesión posterior. Otro contratiempo. En la segunda parte, Joaquín se marchó dolorido tras una entrada de Movilla. Los contrapuntos a una jornada matutina que vivió el regreso de Baptista. La buena, casi única, noticia del día.

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