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El final que merecía este Málaga

Redacción local

F. Godoy IIILa vida son etapas y esta del Málaga se ha cerrado de manera brillante. Y esa es la mejor manera de definir lo que han sido este Málaga de las mil y una noches, brillante en forma, fondo y contenido. Con una fiesta a la altura, con el broche de asegurar el puesto de Europa League, le duela a quien le duela. Si el TAS lo permite, además, la jugará.

Ahora hay muchas dudas en el aire que se irán despejando poco a poco. Es obvio que sin Pellegrini la vida será otra. No se sabe si mejor o peor, pero otra al fin y al cabo. Y en La Rosaleda seguirán los de siempre, preparados para lo que esté por venir.

Crónica on-line
Árbitro
Delgado Ferreiro. Colegio Vasco. Amonestó a Iturra, Juan Domínguez, Camacho.
Formaciones
Málaga CF: Willy Caballero; Jesús Gámez, Demichelis, Weligton, Eliseu; Iturra (Camacho, minuto 59), Toulalan; Joaquín (Duda, minuto 86), Baptista, Isco; y Saviola (Seba, minuto 65). 
Deportivo:  Aranzubia; Silvio (Salomao, minuto 69), Aythami (Álex, minuto 82), Ze Castro, Ayoze (Oliveira, minuto 65); Abel Aguilar, J. Dominguez, Bruno Gama, Valeron, Pizzi; y Riki.
Goles
1-0, m. 45: Saviola. 
2-0, m. 64: Baptista. 
2-1, m. 75: Salomao. 
3-1, m. 79: Isco.
Incidencias
La Rosaleda. Prácticamente lleno.

La ocasión merecía once de gala. Manuel Pellegrini no escatimó. Entraron Willy, Demichelis y Toulalan, que venían de superar sus respectivas lesiones. En las gradas había reparto de honores. Especialmente para El Ingeniero, agasajado antes, durante y después.
El partido, sin embargo, carecía de emoción y chispa. El Málaga se presentó con la tensión justa y el Depor, necesitado, tampoco ofrecía mucho al margen de sus ganas. Se acercó al área y alguna vez anduvo cerca del gol, sobre todo con una ocasión de Juan Domínguez y un disparo colocado de Juan Carlos Valerón desde fuera del área. El canario debería ser eterno, el fútbol no merece que cuelgue las botas. Jámas.
Pese a todo, la ocasión más clara la tuvo Julio Baptista. Una buena combinación y un gran movimiento del brasileño, que sin embargo no fue capaz de superar a Aranzubia, que le ganó el mano a mano.
Se acercaba el descanso y no había señales de que se pudiese romper el 0-0, pero el Málaga, este Málaga que se nos esfuma, tiene un poder de desequilibrio brutal. Joaquín envenenó una falta lateral, una rosca al segundo palo donde emergió Saviola. El Conejo se lanzó como un desesperado, con la fe del nueve. La cazó en el aire y perforó la red.
Con el 1-0, el ambiente festivo recuperó su brío inicial. Esperaba Delgado Ferreiro la orden para poder pitar el comienzo de la segunda parte y desde las gradas se aprovechó para dedicar cánticos personalizados para todos los jugadores que había en el césped. Sus héroes.
El Depor, que huye desesperado de un triste final, amenazó la victoria del Málaga. Riki perdonó de cabeza tras un buen centro de Pizzi. La réplica la puso a Baptista, en una semivolea algo forzada, pero que era el único recurso para cazar un buen centro de Toulalan por la izquierda. Tendría la tercera y vencida La Bestia, al que menos muestras de cariño se dio desde las tribunas. Combinó con Saviola, se adentró en el área y arrolló a su marcador. El disparo no fue limpio, pero suficiente para batir a Aranzubia, que minutos más tarde volvió a parar una buena ocasión del brasileño.
En la fiesta del Málaga quería gloria Joaquín, un artista como pocos han pasado por Málaga y España. Primero lo intentó con una vaselina de 35 metros que se marchó alta por poco y después casi logra un gol olímpico.
Tuvo una más Baptista, pero remató francamente mal. Y fue perdonar y llegar el tanto del Depor. Salomao chutó en el área en una especie de volea que tocó césped y cuyo bote ayudo a superar por alto a Willy. El equipo coruñés quería asiento en la fiesta malaguista. No había plaza. Se vio la que posiblemente será la última genialidad tejida por el dúo Isco-Joaquín. El portuense se la cedió generoso a Isco. El chico de oro correspondió con un gol de lo que es, un genio. Rompió a su defensor con un doble recorte lascivo, inmoral. Y su remate fuerte y seco, que pegó en el travesaño por debajo para terminar donde debía. Y le quedaba algún destello técnico más... No vale 35 millones, vale más. O nada. Porque los genios no tienen precio. Y de un fenómeno a otro, tocó la retirada y ovación de Joaquín. ¿2,2 millones de traspaso a la Fiorentina? Por favor...
Y se acabó lo que se daba, con alguna ocasión muy clara del Deportivo, que llevaba media hora jugando a pecho descubierto. Cerró La Rosaleda hasta la próxima campaña. Quién sabe quién volverá a ella. Al menos, lo disfrutado este año no lo quita nadie. Queda un capítulo más en el Camp Nou, que tampoco es mal complemento para este fin de ciclo.

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