De un lado, el club le entregó una placa como agradecimiento por su trabajo estas dos temporadas y media en Málaga; por otro, sus jugadores le hicieron el pasillo a su retirada a vestuarios.
Fueron los consejeros del club, Francisco Martín Aguilar, Ben Barek y Antonio Benítez los encargados de darle el citado galardón. Ni rastro del jeque, ni de Ghubn... Mientras, La Rosaleda en pie se quedó aplaudiendo sin parar. También los jugadores y cuerpo técnico, que le hicieron el pasillo al chileno cuando se marchaba a vestuarios visiblemente emocionado. Fue un fin de fiesta perfecto, un colorín colorado que también quedó de dulce, como la temporada.