Hace un año, Manuel Pellegrini se sacó de la manga a este aventajado alumno de Etoo. El Ingeniero no tenía delanteros, al menos no tenía ninguno que le convenciese. Así que tiró del chico para el arranque de Liga y la previa de Champions. Le salió redondo.
Luego, sin embargo, la llegada de dos atacantes contrastados como Saviola y Roque Santa Cruz le obligó a regresar al filial, donde no se sintió cómodo en todo el curso.
En este verano, Schuster ha creído en él y Fabrice le está devolviendo esa confianza con ganas, hambre, buen fútbol y, ahora, goles. "Tenía muchas de volver a marcar, llevaba mucho tiempo sin marcar, y la confianza del míster me está ayudando mucho. Trabajo cada día para tener minutos y cuando el míster vea que me puede poner, estar ahí para ayudar al equipo", confesó Fabrice tras su partido.