Salva confiesa sentirse "muy cómodo. Me gusta tener un contacto muy directo con mis jugadores. Al fin y al cabo son los que te van a hacer triunfar o no triunfar", reconoce en una entrevista concedida a AS.
Salva tiene muy claro lo que quiere como técnico: "Me gusta un fútbol muy seguro en defensa y muy rápido a partir del mediocampo. Pero eso también depende mucho de los jugadores que tengas. Mi equipo debe ser intenso, que vaya a todas, que juegue cuando haya que jugar, que pierda el balón y presione, que no se distraiga nunca… El sello del equipo técnico de Salva Ballesta es similar al de técnicos como Paco Jémez o Cholo Simeone. Aunque haya un menor nivel de calidad, debe suplirse con intensidad, con meter la pierna y jugártela siempre".
El exdelantero elogia a Schuster y el trato que el alemán dispensa a los jóvenes: "Para un entrenador de filial es fundamental que el técnico del primer equipo mire hacia abajo a la hora de organizar actividades, partidillos, sacar a gente de la cantera… Y eso Schuster lo hace. Es un entrenador que a la cantera la mira, la mima y la cuida. También es importante para un técnico de primer equipo que haya uno en el segundo equipo que tenga el concepto de entrenador de filial tan claro como lo tengo yo".
Un equipo de cantera está para formar jugadores. Pero el ascenso también es un objetivo casi obligatorio. Salva no rehúye la presión de pensar en ascender, pero tiene muy claro el orden de preferencias: "La prioridad es formar jugadores, pero eso no quita que el ascenso sea algo que esté ahí. ¿No ascender un fracaso? No. Hemos bajado muchísimo el nivel de experiencia en la categoría. Somos un equipo con jugadores de talento, pero esta es una categoría muy veterana, muy de gente de vuelta, campos de césped artificial. Y eso hay que saberlo afrontar. Somos un equipo novel, pero los chavales están compitiendo, se están dejando la piel".
El preparador del Malagueño tiene muy claras cuáles son sus metas y aspiraciones. Aunque se lo toma con calma y ahora se centra en mejorar y crecer de la mano del filial blanquiazul: "En un futuro me gustaría hacer realidad el sueño de entrenar en la élite, poder entrenar algún día al Málaga. Me veo capacitado para entrenar en cualquier categoría, pero eso tiene que ser en su momento. Ahora mismo soy entrenador de un filial, estoy empezando".
Sobre las opciones del primer equipo para esta temporada, Salva cree que hay motivos para ser ambiciosos: "El Málaga no tiene nada que envidiarle a los equipos que van a estar en la zona media-alta. Quedan jugadores de la temporada pasada, gente con experiencia, un pedazo de portero, Weligton, Eliseu, Santa Cruz, El Hamdaoui, Jesús Gámez... Le veo con capacidad y con opciones de luchar por puestos europeos. Hay una base firme de jugadores que llevan muchos años aquí, que sienten el club, y contar con eso es fundamental. Importantísimo".
Por último, echando la vista atrás, Salva saca la lectura positiva de la desagradable experiencia que le tocó vivir cuando Abel Resino fichó por el Celta: "Si a lo mejor hubiera estado allí, mi vida deportiva habría sido otra, ahora mismo estaría sin trabajar porque no le renovaron. Y sin embargo estoy en Málaga, en un equipo al que quiero con locura y en el que me gustaría quedarme muchos años. Y con un equipo de trabajo al cual yo seré fiel hasta que ellos quieran. Jamás abandonaré a Raúl Castillo (su segundo entrenador) o a Juanjo Rico (preparador físico). Si yo tengo que ir a cualquier equipo a entrenar, voy con mi equipo de trabajo cien por cien. Si no, no firmo. Siempre he dicho que no compartía la reacción que tuvo en ese momento el técnico en cuestión, pero fue su decisión".