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Un rescate inesperado

Redacción local

Félix Godoy IIIWeligton, en el minuto 94, rescató al Málaga de una nueva derrota en Villarreal. Algo inesperado, un regalo de esos que el fútbol te concede de cuando en cuando. No saca de pobre, no tapa lo mucho malo que hay en este equipo, pero es algo. Y lo que había antes era la nada.

Sigue faltando mucho, muchísimo. Sobre todo desde el banquillo. Pero al menos el Málaga no suma el duro golpe de otra derrota. Además, cuando se consigue un empate así sabe a otra cosa. Sólo queda esperar que sirva de algo.

Crónica on-line
Árbitro
González González (Colegio Castellano-Leonés). Amonestó a Camacho, Juanmi, Eliseu, Bruno, Anderson.
Formaciones
Villarreal:  Asenjo; Mario, Musacchio, Gabriel, J. Costa; Aquino, Bruno, Trigueros (Pina, minuto 74), Cani; Pereira (Gio, minuto 62) y Uche (Hernán Pérez, minuto 82). 
Málaga CF: Willy; J. Gámez, S. Sánchez, Weligton, Antunes; Tissone (Morales, minuto 62); Samuel (Fabrice, minuto 20), S. Darder (Anderson, 76), Camacho, Eliseu; y Juanmi.
Goles
1-0, m. 32: Bruno. 
1-1, m. 94: Weligton.
Incidencias
El Madrigal. 14.000 espectadores.

Hacía tiempo que el Málaga no transmitía una sensaciones así en la presentación de un partido. O quizás es que venía enseñando tan pocas cosas que el más mínimo atisbo de vida ilusiona. De cualquier modo, nada que ver con lo anterior.
El once fue reservón, pero daba estabilidad, con Camacho, Tissone y Darder blindando. El equipo competía. No era incisivo, pero tenía empaque. Pero este reparto de roles a Marcelino no le disgusta.
Una desafortunada lesión de Samu desorientó al Málaga un poco y los amarillos comenzaron a destaparse. Uche perdonó dos. Una la paró Willy, como acostumbra. La otra fue anulada por fuera de juego, pero el asunto es que el Villarreal encontró fugas en la zaga malaguista.
Era cuestión de tiempo que llegase el primero del Villarreal, que ya había arrebatado el timón al Málaga. Presionaba bien y arriba. Un robo en la salida del equipo de Schuster culminado por Cani y Bruno, que entraron como cuchillo en mantequilla.
En la segunda parte, nada de nada. El Málaga es un equipo de fogueo, casi nada de lo que hace tiene segundas intenciones. No inquieta, no intimida, no amenaza. Y el Villarreal encantado, esperando una salida rápida o algún destello de Cani, sabiendo que el Málaga carece de ella y tarde o temprano pierde el balón.
Del Málaga sólo puedes esperar algún impulso, casi siempre individual, nunca colectivo. Eliseu probó del lejos a Asenjo con un disparo especialidad del luso.El rechace cayó en los pies de Morales, que en lugar de dársela a Juanmi para que la empujase, intentó buscar el gol por sí mismo. Y el cuero acabó en córner.
Para colmo de males, otra lesión. Darder, de los pocos que dan la cara y no tienen miedo al balón en este Málaga, se tuvo que marchar tras una entrada de Bruno. Bobley Anderson al campo. Momento para la anarquía. Y después el tedio...
Nada que echarse a la boca, salvo alguna parada de Willy para evitar una derrota mayor. Pero el fútbol no es grande, es enorme. Porque tiene un espacio reservado para lo inesperado, para la épica. Y eso ocurrió esta noche en El Madrigal. Con el Villarreal sintiendo que el partido estaba controlado y perdonando, el Málaga se arrimó al área a balón parado. Primero con una falta que terminó en córner. Por allí apareció Willy Caballero, intentando ser el héroe, por primera vez, en el área opuesta. No marcó, pero estorbó. Y emergió Weligton, el mariscal, para batir a Asenjo y salvar un punto. No esconde todo lo malo del Málaga, pero corta la sangría. Ya es algo.

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