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Duda y Camacho se traen oro de Vigo

 

Ismael Touat IIIEl Málaga consigue en Vigo un triunfo capital que, a falta de la actuación de sus rivales directos, le aleja a seis puntos de la zona de descenso. Como ante Osasuna y Madrid, el bloque de Bernd Schuster ofreció su versión más competitiva en un encuentro que decidieron la precisión de Duda y el tino goleador de Camacho.
El luso fue héroe y villano, pues, tras cuajar un duelo de muchos quilates, provocó una expulsión muy evitable. El Málaga no se apocó como en otras ocasiones, repitió la buena imagen de las últimas jornadas y logró una victoria que puede ser clave en el devenir de la temporada. Acertado en ataque y sobrio en defensa, el conjunto malacitano confirmó que ha encontrado la senda del fútbol y los resultados. Como decía Schuster, se vio al Málaga que debe verse hasta el final.

Crónica on-line
Árbitro
Gil Manzano (colegio extremeño). Amarillas a Angeleri, Sergio Sánchez, Darder, Camacho, Duda, Krohn-Dehli. Roja directa a Duda.
Formaciones
Celta: Yoel; Hugo Mallo, David Costas, Fontàs, Jonny; Oubiña (Rafinha, m. 46), Augusto (Santi Mina, m. 78); Krohn-Dehli, Orellana (Mandinda, m. 64), Nolito; y Charles. 
Málaga CF: Willy, Angeleri, Sergio Sánchez, Flávio, Eliseu; Camacho, Darder (Weligton, m. 85); Samu (Juanmi, m. 64), Duda, Amrabat (Portillo, m. 93); y Santa Cruz.
Goles
0-1, m. 24: Camacho; 0-2, m. 32: Camacho.
Incidencias
Balaídos. Unos 20.000 espectadores.

La primera parte del Málaga estuvo al nivel de la disputada en Pamplona días antes. El de Schuster fue de nuevo un equipo compacto, solidario y agresivo. Otra vez supo a qué jugar y encontró líderes a los que encomendarse. Amrabat, Santa Cruz y Duda, como en el choque ante Osasuna, comandaron un Málaga que sólo sufría por la banda de Angeleri, zona roja que Luis Enrique parecía tener más que estudiada. Aun así, el balón empezó a ser del Málaga, que en Balaídos no pudo vestir de azul. Así llegaron los primeros avisos visitantes. Primero fue Samu, que no remató bien, y después Darder, cuyo disparo tras buena jugada personal de Amrabat se difunó en el bosque de piernas de la zaga del Celta.
Realmente fue un partido entretenido de dos equipos que supieron interpretar bien sus guiones particulares. Porque el Celta, cuando tenía la pelota, atacaba y asustaba. Luis Enrique, que ha mamado más Barça que Madrid, no es de los que se esconden en su cueva. Fue Nolito el que buscaba vías de agua por el carril de Angeleri y se erigió Krohn-Dehli como ejecutor. El danés a punto estuvo de tirar por tierra el buen trabajo malaguista, pero su disparo, potentísimo, dio en el larguero de Caballero. La suerte hay que buscarla y el Málaga en las últimas jornadas la ha merecido.
Decidieron los detalles individuales. En este sentido, Duda no tiene parangón. Su zurda es una delicia que ha dado un chorro de puntos al Málaga durante la última década y que, lejos de agotarse, sigue regalando alegrías. El luso lanzó una bomba al corazón del área celeste que Roque tocó, Yoel despejó y Camacho remachó a puerta vacía. Un gol que hacía justicia y que culminaba la insistencia costasoleña, que un rato antes disparó al palo. Lo hizo Samu tras recoger otra delicia de Duda.
No quedó ahí el festival del capitán, que hasta se permitió el lujo de tirar caños en el centro del campo. Una falta lateral del portugués fue cabeceada de forma inmejorable por Camacho, quien un rato después se descolgaba en ataque como hacía el añorado Toulalan. 0-2 y sensación de que lo más difícil estaba hecho y de que la suerte, si estaba, acompañaba al Málaga, pues Nolito, prácticamente solo, disparaba alto en vez de ver a Charles.
Luis Enrique buscó soluciones para la segunda parte e introdujo a su mejor jugador, Rafinha. El Málaga, ante el empuje del Celta, se vio obligado a realizar algunas faltas que provocaron el ardor tarjetero de Gil Manzano. Camacho y Sergio Sánchez se toparon con la sanción para la próxima jornada y Duda, tras sentirse agraviado por el colegiado extremeño, se equivocó con una entrada de roja directa. El conjunto blanquiazul, como en Pamplona, se quedó con diez.
El Málaga, como entonces, compitió al máximo. No encontró las facilidades que le concedió Osasuna, pero los de Schuster se juntaron y no dieron ni un resquicio a los celestes. Además de la buena línea de la zaga, Amrabat y Roque convirtieron cada balón una bombona de oxígeno. La más peligrosa del Celta llegó en fuera de juego. El Málaga intentaba estirarse por medio de la velocidad del holandés y el juego de espaldas del paraguayo. Schuster fortificó el sistema defensivo con Weligton. Competir tiene premio. Y el Málaga encontró oro en Vigo.

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