Hoy se cumple un año de aquel partido y el destino, con el encuentro de esta noche del Real Madrid en el mismo escenario, ha hecho que afloren los recuerdos. El Málaga ganaba por 1-2 con dos estocadas de Joaquín y Eliseu y ya pensaba en su cruce de semifinales, pero la mala gestión de la renta en el tramo final del partido y sobre todo varias decisiones del referido árbitro escocés y sus cuatro asistentes dejaron la miel lejos del alcance blanquiazul.
Fue una pesadilla durísima, en dos minutos el Borussia le dio la vuelta al marcador con dos tantos, el segundo de ellos en clara posición de fuera de juego de hasta cuatro jugadores. Endureció el partido con el beneplácito de Craig Thomson y luego no supo ganar, lo que escoció más aún al equipo de Manuel Pellegrini y a los miles de aficionados malaguistas que poblaban la grada del Signal Iduna Park y que lo veían por televisión. Todos, incluido el chileno, descargaron sus iras después sobre el colegiado. España entera lo hizo.
El malaguismo se recuperó como pudo. Solo unos días después, los aficionados recibieron a sus héroes como se merecían en la previa del partido contra Osasuna, y al final tributaron una ovación de las que no se olvidan. Aquel 9 de abril, del que hoy se cumple un año, se cerró el cuento de la Champions para el Málaga. Pero en la estantería sigue habiendo libros en blanco con muchas páginas que escribir. Lo demás solo forma parte del pasado, de la historia.