El jugador nunca quiso salir del Málaga y hasta Gracia le aseguró que si no se marchaba sería uno más, que contaba con él. Porque el caso de Portillo tenía más que ver con cuestiones de club que deportivas.
Por eso rechazó a última hora marcharse a Elche. Eran el Málaga y su propio agente los que querían que tomase esa vía, pero Portillo no se veía en otro sitio. Luego, llegó la situación más incómoda que ha vivido como malaguista, viendo cómo se quedaba con el grupo de los descartes y fuera de los viajes a Australia, Alemania y Suiza.
Con todo eso, aguantó el pulso y ahora es uno más. Sabe que parte con cierta desventaja, pero tampoco es algo muy distinto a lo que le pasó el pasado verano. Hay que recordar que en los primeros partidos Schuster tampoco podía contar con él. Casualmente, era cuando se estaba fraguando su renovación.
Pese a todo, está convencido de que tendrá oportunidades y que sabrá aprovecharlas. Ahora mismo la apuesta de Gracia en el ataque es la de tirar de jugadores rápidos y verticales. Pero Portillo tiene unas características que no tienen los demás mediapuntas del Málaga, ahí esperar poder diferenciarse. Todo un reto para el joven paleño.