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Isco, protagonista por accidente (incluye vídeo)

Su nombre se acolchó con aplausos cuando sonó por megafonía. Fue la única concesión de La Rosaleda, que lo quiere, pero que cuando suena el silbato solo ve colores blanquiazules. Isco estuvo gris, corrió y corrió, pero apenas entró en juego e incluso falló algunos pases en la primera parte. Consuelo de pobres para el Málaga, que cayó ante el Real Madrid. Pero que dio la cara y compitió.

En la segunda parte mejoró el malagueño, pero no era su día. Vio dos amarillas en la segunda parte y acabó expulsado. La tercera vez en su carrera, y la tercera en La Rosaleda, que acabó ovacionándolo cuando se marchaba a vestuarios antes de tiempo. Insólito. “A Isco lo quieren en toda España”, dijo luego Ancelotti. Fue protagonista al principio por méritos propios y al final por accidente.
Al malagueño le robó una buena porción de protagonismo Kameni. Partidazo. Actuación memorable del camerunés, tal vez su mejor partido con el Málaga. Con paradas, algunas increíbles, cuando ya se cantaba el gol en la grada. Una grada que está con él: “Kameeeeni, Kameeeni”. No hay debate. Kameni es titular por justicia deportiva.
Fue un partido con caché. El habitual en estos casos. Muchas cámaras, coloretes, caras conocidas y catering. La lluvia no lo deslució y el césped lució su mejor cara de la temporada. El escenario se presentaba franco para una hazaña complicada. Hacerle hincar la rodilla a un equipo de enjundia y que llevaba quince jornadas consecutivas con el puño arriba no era una empresa fácil.
“Málaga. 110 años. 1904”, rezaba el tifo en la Grada de Animación, la de Fondo, con un dibujo de Viberti justo al inicio del partido. Entonces los ánimos aún estaban calmados con Vicandi Garrido, el árbitro benjamín de Primera que no gustó demasiado. Se llevó pitos por su rasero y por señalar el final de la primera parte antes de llegar al 45. Y eso que algunos no pudieron ver en directo el agarrón de Benzema a Weligton en su gol. En fin. Ahí están las imágenes, desnudas, para que cada uno juzgue.
Sí sorprendió la cantidad de aficionados que cantaron los dos goles del Real Madrid. La zona alta de Tribuna y las dos esquinas anexas vitorearon los tantos blancos. Respetable, pero sorprendente e incluso inesperado. Los malaguistas, muy a la altura, la tomaron con algún aficionado rival, pero arrimaron a su equipo. Fueron una sola voz en el tercer lleno consecutivo en Martiricos que esta vez no sirvió para sumar. “¡A por ellos, si se puede!”, se terminó cantando cuando Juanpi estrelló su falta al palo y Roque acortó distancias. El himno a capela volvió a ser el colofón a un partido en el Isco fue el protagonista con el consentimiento de Kameni.

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