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"Javi, bésate el escudo"

Redacción local

La presentación de Javi Guerra fue un tanto atípica. Por el escenario, por el horario, porque toda la plana mayor del club le acompañó en su salto al césped de La Rosaleda. Un centenar de aficionados se congregaron en la esquina de Preferencia con Fondo para dar la bienvenida al nuevo fichaje del Málaga. "Javi, máquina", "Javi, no te vayas" o "Javi, bésate el escudo" fueron algunos de los mensajes que los hinchas malaguistas, en su mayoría jóvenes, profirieron al futbolista veleño. Guerra no besó el escudo, pero no por ello se emocionó menos. Los ojos vidriosos le delataron.

En contra de lo habitual, el jugador saltó al césped antes de comparecer ante los medios en la sala de prensa Juan Cortés de La Rosaleda. Javi Guerra, de corto, recibió la bienvenida del vicepresidente Moayad Shatat. También de los directores general y deportivo, Vicente Casado y Mario Husillos, así como del adjunto a la dirección general Manuel Novo. Los consejeros Francisco Martín Aguilar, Antonio Benítez y Abdallah Ben Barek también se dejaron ver. Guerra estuvo acompañado de los dirigentes del Málaga y, por supuesto, de su familia. Su mujer, su hija pequeña y sus padres no se perdieron una cita importante para el clan Guerra, que ven cómo el delantero vuelve al club donde se crió hasta juveniles.
En su salida al césped antes de comparecer en rueda de prensa, Javi Guerra peloteó, dio 'pataditas' al balón y saludó a los aficionados apostados en la grada pese al frío y lo poco propicio de la hora. Varios de ellos tuvieron la fortuna de recibir regalos de parte del futbolista. Tres balones y una bufanda cayeron a la grada. Se formaron tumultos para recibir los presentes de mano de Javi Guerra.
Mientras Guerra recibía los piropos de la grada, el vicepresidente Moayad Shatat, en inglés, preguntaba por el significado. "They say: 'stay here", contestaba Casado. "Machine, machine", traducía el director general para Shatat, que también preguntó cuando se oyó "Javi, máquina". Una tarde feliz para Guerra, el club y el malaguismo.
El paisaje, en todo caso, no fue el más idílico por la lona que cubría la hierba del estadio. El césped se abriga para evitar daños por las bajas temperaturas.

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