Samu García: la clase vuelve vestida de amarillo

"No me voy, me venden". No quiso despedirse Samu García de Málaga sin aclararlo, que nadie creyese que su deseo era dejar su ciudad, su barrio de La Luz, su normalidad. La clase infinita que posee no alcanza a los ilimitados gestos de humildad que acompañan a este niño prodigio al que le ha costado llegar a la élite. Traga saliva, toca volver a La Rosaleda. No sabe si está listo, pero sí que viene cargado de cariño, no de rencor.

"A estas alturas no voy a ensuciar un partido como este moviendo la mierda. Para qué vamos a decir lo que ya sabe todo el mundo, que me dolió mucho. Pero bueno, había una necesidad en el club y ya está. Ahora toca seguir nuestros caminos cada uno por su sitio", confesó Samu a ElDesmarque Málaga.
Es escuchar a Castillejo y escuchar a Samu y entender por qué son Zipi y Zape también en Villarreal. Coinciden en lo esencial al hablar de su vuelta a casa: "Yo también lo noto por redes sociales, que hay mucho cariño de la gente. La afición me conoce y sabe que salí porque había circunstancias en el club especiales. Volver al templo es... Cómo no emocionarme".
Está claro que si juega será recibido como merece, como otro hijo pródigo. El respeto es mutuo, por eso no quiere oír ni hablar de celebración si le toca hacer su trabajo y marcar. Y si juega no sería raro. Ya sabe lo que es marcar como futbolista del Villarreal. En Málaga enamoró, entre muchas cosas, por hacer goles imposibles, obras maestras. Sin embargo, el corazón da sus órdenes también: "¿Cómo voy a celebrar un gol contra el equipo de mi tierra? Le debo un respeto a mi ciudad y a una afición que me quiere tanto. El Málaga es mi casa".
Vive en Villarreal, cerca del 'curro', al igual que Castillejo. Ambos se apoyan dentro y fuera del campo ("Estar juntos nos hace la vida más fácil"). Están centrados en convencer a Marcelino de que no se ha equivocado con ellos. Samu ya sabe lo que es marcar, pero la competencia es feroz: "Aquí hay mucha calidad arriba, Soldado, Adrián, Baptistao... Todos. Y el míster exige mucho en el día a día. Estoy aprendiendo muchísimo".
Pero por más lejos que esté, Málaga siempre será Málaga: "¡Pero si cada vez que tengo un hueco vuelvo a casa! Yo sigo al equipo siempre, dejé muchos amigos allí. Seguro que pronto llegan los buenos resultados, hay que darle tiempo porque hay jugadores que se están empezando a conocer y que nunca habían jugado en España. Yo espero que todo le vaya bien al Málaga y seguiré apoyando al equipo desde la distancia, aunque ahora me debo al Villarreal, donde me están tratando fenomenal".
Samu García lleva en su sangre el ADN del Málaga y Málaga espera, algún día, volver a disfrutar de su talento, de sus estéticos goles, de su sonrisa de jugón. Este miércoles se le aplaudirá en La Rosaleda mordiendo los labios, añorando a otro hijo pródigo que viste raro porque no viste de azul y blanco. Vuelve Samu. Vuelve un pedazo de Málaga, vuelve un pedazo de futbolista.