Es Noticia

La carrera de Gracia vista por Gracia

Luis G. Díaz

Javi Gracia fue el primer entrevistado por el veterano periodista Paco Cañete en el ciclo ‘Ésta es mi vida’, organizado por el Aula de Deportes de La Térmica. El navarro estuvo sonriente en todo momento y el ambiente fue muy distendido.

El técnico explicó que desde pequeño se acostumbró a llevar una vida nómada debido a la profesión de sus padres, ambos profesores. Finalmente se asentaron en Pamplona, la ciudad de su corazón y en la que pasó sus peores momentos tras el descenso de Osasuna en 2014, que le ha quitado las ganas hasta de disfrutar de San Fermín en su tierra. Empezó estudiando Empresariales y se diplomó en Turismo, pero su vida era el fútbol y acabó convirtiendo en profesión su pasión desde que era pequeño.
Se fue joven a Lezama, pero su aventura en el Athletic no terminó como soñaba y tuvo que marcharse en busca de minutos al Lleida, con el que consiguió un meritorio ascenso a Primera, en el que vivió su etapa más ‘alocada’ pese a que reconoce que siempre ha sido una persona seria y centrada: “Vivíamos en un piso que parecía una leonera con dos compañeros, es un año del que tengo grandes recuerdos”.
Posteriormente, el Valladolid y la Real Sociedad pagaron 50 y 100 millones de las antiguas pesetas por él respectivamente, y se consolidó en Primera como un buen mediocentro. Con Bernd Krauss, del que no guarda buen recuerdo, dejó de jugar en la Real y apareció la opción del Villarreal, que apostó por él estando en Segunda y lograron el ascenso.
La edad y los problemas de cadera hicieron que su etapa en el Córdoba fuera la última como jugador, y rápidamente pasó a entrenar a los juveniles del Villarreal. De ahí se fue al Pontevedra, su primer equipo como entrenador profesional y en el que coincidió con Charles. Uno de sus mejores recuerdos de Galicia son sin duda las mariscadas que solía comer los viernes por la noche, una vez que ya tenía el partido del fin de semana bien trabajado.
Luego firmó por el Cádiz, al que subió a Segunda en su primera temporada, pero fue cesado poco después. Tras un efímero paso por el filial del Villarreal, cogió las maletas y se fue con su familia a Grecia, donde no pasó muy buenos momentos. El Olympiacos se vio envuelto en un escándalo de amaños y acabó entrenando al Kerkyra FC, que se salvó esa temporada.
Almería fue su siguiente destino y logró el ascenso a Primera, pero se marchó ese verano porque no le convencían las condiciones que le ofrecieron y la relación con la directiva del club no era del todo buena. Y le llegó el momento de volver a casa, a Pamplona, para sustituir a Mendilibar, que fue cesado tras la tercera jornada de Liga.
Allí vio cumplir su sueño de entrenar al equipo de su tierra, pero también vivió su peor momento como profesional. Estuvo tres días sentado en el sofá, disgustado, pensando y sufriendo. Y llegó la llamada de su representante para comunicarle que había una posibilidad de reunirse con el Málaga. El resto, ya lo saben…

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar