La ocasión merecía tal expectación. El jeque Al-Thani iba a hablar en público ante los medios por tercera vez en seis años tras su primera puesta en escena con la compraventa a Fernando Sanz y unas frases escuetas en la presentación del acuerdo con UNESCO. El Málaga confirmaba poco antes de la comparecencia que no se admitirían preguntas y el jeque, con un cuarto de hora de retraso, apareció, elegante, y escoltado en el estrado por dos de sus hijos y miembros del Consejo de Administración: Nayef y Nasser Al-Thani.
En la sala escuchaban atentos, además de varias decenas de informadores, los tres consejeros consultivos: Francisco Martín Aguilar, Antonio Benítez y Ben Barek; el director deportivo Francesc Arnau y el asesor Ahmed Al-Raheji. La comparecencia fue breve, duró ocho minutos, y el jeque leyó en inglés su discurso, traducido simultáneamente por el jefe de prensa del club, Paco Ceballos.
La misma, que fue retransmitida en directo por varios medios, entre ellos ElDesmarque Málaga, tuvo un giro inesperado. Tras una alocución con poca chicha, Al-Thani simuló haber olvidado lo que iba a ser la guinda del pastel: el anuncio de la compra de la totalidad de los derechos de Camacho ante el asombro de los presentes e incluso el aplauso de algunos.